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¿Qué verificamos?

Estos petardos son «yoduro de plata», los echan por encima de las nubes y no cae ni gota de lluvia.

Conclusión

Es falso, la dispersión de yoduro de plata desde aeronaves o en superficie trata de provocar más lluvia y menos granizo o niebla.

EFE Madrid |

La siembra de nubes para modificar el tiempo mediante la dispersión de yoduro de plata no deriva en que «no cae ni gota de lluvia«, como aseguran falsamente perfiles de redes sociales, sino todo lo contrario, es un método que trata de incrementar las precipitaciones, disminuir el tamaño del granizo o reducir la niebla.

Usuarios de Facebook han compartido estos días imágenes de una avioneta que ubican en El Ejido (Almería) provista de aparentes cartuchos de yoduro de plata, del que advierten que se trata de un «compuesto químico tóxico muy peligroso para la salud, ya que sus efectos son cancerígenos«.

Publicaciones del mismo grupo en el que se difundió este mensaje se preguntan «¿No es una leyenda? No veo bien quién puede tener interés en impedir la lluvia y tampoco quién pagaría los gastos» o «El yoduro de plata se utiliza precisamente para lo contrario, o sea, hacer llover. Dejad de propagar bulos, ignorantes«.

Una técnica experimental

Más de 50 países desarrollan actualmente actividades sobre modificación artificial del tiempo, fundamentalmente mediante la siembra de nubes con yoduro de plata, un método que no deriva en que «no cae ni gota de lluvia», como aseguran falsamente perfiles de redes sociales, sino que se trata de incrementar la precipitación (10-20%), reducir el tamaño del granizo y dispersar la niebla localmente, enumera la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet).

La ONU estima en una publicación reciente sobre recursos no convencionales de agua que la siembra de nubes con pequeñas partículas de yoduro de plata de uso común puede aumentar las precipitaciones hasta en un 15 % en las condiciones adecuadas.

La siembra de nubes, cuyos inicios se remontan a 1946, es el método más común para modificar artificialmente el tiempo, para lo que se dispersan sustancias como yoduro de plata, hielo seco e incluso sal desde aeronaves o desde la superficie.

La Aemet aclara que «normalmente la siembra se realiza desde abajo para aprovechar las corrientes ascendentes presentes habitualmente por debajo de la base de la nube«.

El último estudio publicado en la página web de la Organización Meteorológica Mundial (OMM) al respecto, a cargo del Centro Nacional de Investigaciones Atmosféricas de Estados Unidos, muestra evidencias de que la siembra de nubes puede provocar nevadas y «proporciona la evidencia más completa hasta la fecha de que la siembra de nubes puede generar lluvia o nieve«.

Lo que no puede hacer es impedir las precipitaciones, según explica a EFE Verifica el catedrático de Física de la Universidad de León José Luis Sánchez Gómez, pues «hacer desaparecer nubes y que no llueva es imposible«.

«No hay un fundamento físico que explique la evaporación del agua«, añade la Aemet a propósito de las llamadas «avionetas antilluvias«, por el contrario, sostiene, la idea de la modificación artificial del tiempo para que no llueva «es un asunto recurrente» que aparece fundamentalmente durante los periodos secos tan característicos del clima en muchas zonas de España, y en concreto del este y sureste peninsular.

Inocua y no contaminante

Las cantidades de yoduro de plata que se utilizarían en este tipo de programas «son muy pequeñas«, indica la Aemet, que precisa que, según informes de la OMM, en ausencia de otros núcleos, un gramo de yoduro de plata supuestamente distribuido de forma amplia en la nube podría suponer una precipitación de 1 l/m2 en un área de 1.000 km2.

Se ha estimado -continúa- que la siembra de nubes anual en todo el mundo representa el 0.1 % de la cantidad de yoduro de plata incorporada a la atmósfera por las actividades humanas en Estados Unidos.

Según el Instituto de Investigación del Desierto (DRI), la mayoría de las operaciones de siembra de nubes utilizan yoduro de plata (AgI) para ayudar en la formación de cristales de hielo, un compuesto que existe naturalmente en el medioambiente en bajas concentraciones y que no es dañino para los humanos, siempre y cuando se respeten los límites establecidos.

Asimismo, las estelas que dejan los aviones no son el resultado de fumigar compuestos tóxicos ni forman parte de planes secretos para manipular el clima, sino que, precisa la Aemet, son nubes de hielo, en forma de largas líneas, que surgen en ocasiones al paso de un avión, por condensación del vapor de agua contenido en las emisiones de los motores.

España utiliza generadores antigranizo

En España, sobre todo en la Comunidad de Madrid desde los años 70 y en Zaragoza, se utilizan generadores antigranizo en lugar de aeronaves, «no se ha hecho nunca con aviones, jamás, porque con el tráfico aéreo es imposible y hay muy poco tiempo para llegar a la tormenta«, asegura a EFE Verifica el profesor y experto en este campo José Luis Sánchez Gómez.

Sánchez Gómez, también asesor científico de la asociación francesa antigranizo Anelfa, que opera sobre seis millones de hectáreas desde hace 70 años, abunda que sí funciona la lucha antigranizo con aviones en países como Argentina, donde las tormentas se forman a unos 50 kilómetros de la zona que hay que proteger.

También se desarrolla esta técnica con avionetas en Grecia, Austria o el sur de Alemania, mientras que en España, Francia o Croacia se utilizan generadores, con un coste por hectárea muy inferior al de las aeronaves, pues mientras los primeros oscilan entre los 1,5 y 2 euros, el sistema por aviones se sitúa entre 200 y 400 euros por hectárea.

El objetivo de estos generadores es disminuir el tamaño del granizo y, por tanto, «minimizar el daño al llegar al suelo y sus efectos negativos sobre las cosechas«, detalla la Cámara Agraria de la Comunidad de Madrid.

La técnica consiste en aprovechar las corrientes verticales entre el cielo y las zonas inmediatas de la atmósfera y, mediante la puesta en marcha de los generadores, sembrar las nubes con un compuesto de yoduro de plata y acetona que hace que el diámetro de los gránulos de hielo sea más pequeño al abandonar la nube o que se funda antes en su caída, lo que reduce la energía cinética del granizo o pedrisco.

Se trata de una técnica «absolutamente inocua y respetuosa con el medioambiente y no modifica el ciclo hidrológico«, abunda la Cámara.

En cuanto a la siembra de nubes con incremento de lluvia, añade el profesor, hay que «hacerla cuando hay nubes y no hay más remedio que hacerla con aviones, imposible con generadores, pero en España no se han utilizado aviones por métodos científicos para hacer que llueva más, y con el tráfico aéreo que hay es imposible«.

La avioneta de la foto está en Argentina

La fotografía de la avioneta que el mensaje de redes sociales ubica en El Ejido (Almería) se tomó en realidad en un aeropuerto de la provincia argentina de Mendoza y los aviones pertenecen a la compañía AEMSA (Aeronáutica Mendoza SA.), una organización aeronáutica civil que se dedica a operaciones aéreas de modificación del tiempo atmosférico y especializados en la mitigación del granizo en esta provincia argentina.

Una búsqueda de la imagen en Google Lens ofrece resultados de avionetas similares a la del mensaje; al rastrear las aeronaves con iguales características y el hangar en el que se puede leer Falconier, el buscador conduce a informaciones de medios argentinos, en concreto en la provincia de Mendoza, con iguales aeronaves en un hangar del mismo nombre.

La siembra de nubes con yoduro de plata reduce el granizo, no la lluvia

Las avionetas pertenecen a una empresa de dicha provincia que se dedica a la lucha antigranizo que no opera, por tanto, en El Ejido sino en Mendoza (Argentina).

Por su parte, México culminó recientemente la tercera temporada de su programa para estimular las lluvias con la siembra de nubes mediante yoduro de plata desde avionetas en el sistema que suministra agua a la capital, con una efectividad del 25 a 45 % mayor de precipitaciones. Hace dos años, la Fuerza Aérea Mexicana llevó a cabo la aspersión de yoduro de plata en las nubes para provocar lluvias y extinguir un incendio forestal.

EFE Verifica ha desmentido en otras ocasiones elucubraciones sobre la modificación de las condiciones meteorológicas, y su relación con los «chemtrails» o quimioestelas, en verificaciones que explican que las estelas de avión son solo condensaciones de vapor de agua.

En conclusión, la siembra de nubes para modificar el tiempo mediante la dispersión de yoduro de plata no deriva en que «no cae ni gota de lluvia«, sino todo lo contrario, es un método que trata de incrementar las precipitaciones, disminuir el tamaño del granizo o reducir la niebla.

Fuentes:

Organización Meteorológica Mundial

Agencia Estatal de Meteorología

Universidad de las Naciones Unidas

Centro Nacional de Investigaciones Atmosféricas de Estados Unidos

Cámara Agraria de la Comunidad de Madrid

Instituto de Investigación del Desierto

José Luis Sánchez Gómez, catedrático de Física de la Universidad de León

Google Lens

Aeronáutica Mendoza S.A.

Informaciones de EFE