EFE Madrid |
El rifirrafe político que acompañó al adelanto de las elecciones autonómicas en Madrid y los envíos de cartas amenazantes con balas a algunos políticos han reavivado las teorías conspirativas sobre un supuesto fraude con el voto por correo en la recta final de la campaña hacia el 4 de mayo.
Una de las acusaciones con más repercusión en los últimos días, a través de numerosos mensajes compartidos en redes sociales, va dirigida a Correos y sostiene que esta empresa pública está manipulando los votos de electores que depositan su sufragio por esta vía.
Como ya ocurrió en las generales de 2019, usuarios de internet vuelven a acusar en Facebook y Twitter al Gobierno de preparar un «pucherazo», con el argumento de que el actual presidente de Correos, Juan Manuel Serrano, fue jefe de Gabinete de Pedro Sánchez en el PSOE antes de que llegar a la Moncloa.
La polémica desatada a raíz de los envíos postales de balas dirigidas a políticos ha alimentado mensajes que cuestionan la limpieza en la labor de esta sociedad estatal en la gestión del voto por correo.
«Si Correos deja pasar cartas con balas de cetme», cómo es posible fiarse en el voto por correo de «una empresa pública dirigida por un coleguita de Pedro Sánchez», publican algunos usuarios.
Un procedimiento muy garantista impide añadir falsos votos
No hay pruebas de que se esté manipulando el voto por correo. Los empleados de Correos reciben sobres sellados con las papeletas y datos censales de los votantes y permanecen así en sus oficinas hasta que son enviados a las mesas electorales, el único lugar donde se abren para introducir los sufragios en las urnas e iniciar el escrutinio.
Desde la admisión hasta la entrega en el colegio electoral, los empleados de esta sociedad estatal verifican que no se ha manipulado ninguno de los sobres, que permanecen durante ese tiempo en la caja fuerte de la correspondiente oficina, confirman a EFE fuentes de Correos.
Esta misma labor de supervisión la asumen después los presidentes de las mesas en el propio centro de votación.
Durante el proceso de gestión de los sufragios, Correos lleva un registro de toda la documentación recibida, que está a disposición de las Juntas Electorales, en cumplimiento del artículo 73.4 de la Ley Orgánica del Régimen Electoral General (Loreg).
Y, una vez en el colegio electoral, el presidente de cada mesa el que espera hasta el cierre de las votaciones, a las 20:00 horas, para introducir en la urna el voto por correo recibido antes de empezar el escrutinio de todos los sufragios.
Fuentes próximas a la Junta Electoral Central (JEC) explican a EFE que el voto por correo en España es un sistema «muy garantista»; solo se computan como válidos los sufragios recibidos que se corresponden con un elector real, debidamente censado e inscrito en la mesa que realiza el recuento y que ha justificado su identidad en el momento de entregar su voto.
De hecho, al depositar su voto en Correos, el elector debe entregar junto a su papeleta un segundo sobre con todos sus datos censales.
Ambos se conservan siempre juntos hasta su puesta a disposición del correspondiente colegio electoral. Allí, lo primero que hace el presidente de la mesa es verificar que los datos censales se corresponden con votantes debidamente inscritos en esa mesa.
Tiques de Correos con el concepto «voto emitido» no tienen efecto electoral
El mensaje que más se ha viralizado sobre un supuesto fraude electoral se basa en capturas de tiques o justificantes de pago emitidos por Correos al realizar un envío, en los que se puede leer «voto emitido».
Usuarios de Twitter y Facebook han publicado fotos con tiques de distintas oficinas de Correos donde, además del precio del envío de una carta o un paquete, aparece el concepto «Votos emitidos» (en la mayoría de los casos «1») y, en el espacio destinado al precio, «0,00» euros.
«No estoy censada en Madrid y jamás lo he estado. ¿Cómo puede poner en ese papel ‘voto emitido’ si solo he enviado un pequeño paquete?». Este es uno de los mensajes más difundidos, junto a la foto del recibo de un pago efectuado en una oficina de Correos en Cádiz.
¿Qué es esto, @Correos? ¿Nos lo pueden explicar? https://t.co/SdlWn4LJsx
— iBarbarellah®️ (@iBarbarellah) April 27, 2021
https://platform.twitter.com/widgets.js
A raíz de estas publicaciones, Vox presentó este miércoles una denuncia ante la Junta Electoral Provincial de Madrid por «la posible manipulación de los votos emitidos por Correos» y el PP de Madrid pidió a la JEC que la empresa «aclare públicamente» si esas «facturas» son «incorrectas o si contravienen la Ley Orgánica de Protección de Datos».
En respuesta al PP, la Junta Electoral Central ha ordenado a Correos que impida «con la máxima celeridad» que «se sigan emitiendo justificantes de pago que recojan erróneamente referencias a ‘votos emitidos'» para evitar «generar inquietud entre los votantes», si bien cita un informe de la empresa que deja claro «que estos errores no tienen influencia en el proceso de voto por correo».
En realidad, esos tiques no demuestran fraude en el voto, sino que se trata de una respuesta automatizada en la gestión electrónica del pago debido al sistema que utiliza Correos para generar los resguardos que entrega a sus usuarios.
Errores en la gestión electrónica del pago sin influencia en el voto
En el informe remitido a la JEC, Correos expone «las razones de gestión electrónica del pago» que han provocado estos errores «en el comprobante de caja» y detalla cómo «no tienen influencia en el voto por correo del votante al que correspondería realmente el justificante de pago, ni suponen su asignación a un votante distinto».
Según han explicado a EFE fuentes de Correos, cuando un elector entrega su voto, «se carga en la caja de la ventanilla para cobrarse con importe 0 euros».
Si no se imprime, «el ‘ticket’ de compra queda pendiente y se vincula el supuesto cobro al siguiente usuario», aunque este no entregue un voto por correo y realice una transacción diferente.
«No obstante, este ‘ticket’ de caja no tiene ninguna validez legal ni efecto alguno en el proceso del voto por correo» y el cliente que lo recibe «no figura en el censo ni como solicitante ni como emisor de voto por correo», precisan las mismas fuentes.
Estos casos puntuales tampoco afectan a la integridad del voto por correo de quien realmente lo ha ejercido, porque el tique de caja no sirve como justificante electoral.
Quien haya entregado su sufragio sin que el empleado le dé un tique de caja no deja por ello de llevarse de la oficina «su resguardo y acreditación de que ha votado».
Y, como recuerdan fuentes próximas a la JEC, para llevarse el resguardo y la acreditación oficial de que ha votado, debe cumplimentar sus datos censales y adjuntarlos al sobre de su papeleta.
El millón de votos por correo «desaparecidos» en las generales
Algunos de los que denuncian estos días planes de manipulación del voto por correo para alterar el resultado del 4M han recuperado una desinformación de 2019, que tergiversaba datos del escrutinio de las elecciones generales de abril para hacer creer que las cifras no cuadraban porque se habían escamoteado cientos de miles de votos, incluso un millón, con el fin de alterar la mayoría de gobierno.
De acuerdo con aquella tesis, habría más de 950.000 votos por correo no computados oficialmente tras restar del total de 36.893.976 españoles con derecho a voto las abstenciones, los sufragios válidos, los votos en blanco y los nulos.
Al margen de otros errores, ese cálculo ignoraba a los votantes que forman parte del Censo Electoral de Residentes Ausentes (CERA), que incluía a 2.099.336 españoles y cuyos sufragios no figuraban en los resultados provisionales del Ministerio del Interior, según aclararon entonces fuentes de este departamento.
Indra no interviene en el recuento
Otra de las falsedades ante convocatorias electorales en España que resurge ahora consiste en implicar junto a Correos en esas presuntas maniobras fraudulentas a la empresa Indra, adjudicataria de servicios de transmisión de datos en muchos de estos procesos y a la que estos mensajes atribuyen irregularidades en el recuento de votos que modificarían el resultado de los comicios.
En realidad, Indra nunca interviene en el recuento, una función que corresponde exclusivamente a los integrantes de las mesas electorales, de acuerdo con un estricto procedimiento de escrutinio regulado en los artículos 95 a 102 de la Loreg.
La empresa se dedica exclusivamente a automatizar el envío de los datos desde las mesas hasta el centro de recepción de información. Es decir, se limita a agregar electrónicamente los datos, tabularlos y difundirlos.
Correos no ha publicado los resultados
Correos tampoco ha publicado el apoyo recibido por cada partido según el voto por correspondencia porque estos sufragios permanecen cerrados hasta el recuento conjunto con los presenciales.
En los últimos días ha crecido la repercusión de un mensaje publicado originalmente en Twitter y reproducido posteriormente en redes sociales como Facebook que afirma: «Correos acaba de publicar el porcentaje de votos emitidos a fecha de hoy, para evitar sustos de última hora».
Ese comentario iba acompañado de una gráfica que otorgaba el 60 % del voto por correo al PSOE, el 25 % a Unidas Podemos, el 10 % al PP y el 5 % a Vox.
Sin embargo, Correos no ha difundido esa información, la cual desconoce porque los sufragios por correspondencia se depositan cerrados en sus urnas y son contados junto con los presenciales, como prescriben las leyes electorales.
Además, el autor del tuit original ha admitido varias veces que su afirmación sobre la existencia de dicha información es «irónica».
Fuentes:
– Ley Orgánica del Régimen Electoral General (Loreg). Artículos 73.4, 88 y del 95 al 102.
– Junta Electoral Central.
– Correos.
– Artículo de EFE Verifica «Leyendas negras sobre el recuento electoral».
– Artículo de EFE Verifica «Correos no ha publicado los resultados de los votos que gestiona».