EFE Madrid I

¿Qué verificamos?

El Gobierno escenificó un montaje en el que utilizó carabinas y escopetas de cazadores para hacer creer que destruía armas incautadas a ETA y otros grupos terroristas.

Conclusión

No es cierto. Las 1.377 armas destruidas simbólicamente y luego fundidas por la Guardia Civil habían sido intervenidas todas ellas a ETA y otros grupos terroristas.

Es falso que la reciente destrucción simbólica de armamento de ETA y los GRAPO fuera un montaje en el que se utilizaron carabinas y escopetas de cazadores que nada tenían que ver con organizaciones terroristas, como aseguran múltiples mensajes difundidos en redes sociales.

Desde que el pasado día 4 se llevó a cabo la destrucción simbólica de 1.377 armas incautadas en décadas pasadas a comandos terroristas, circulan en Facebook y Twitter numerosos mensajes que cuestionan la autenticidad del armamento mostrado y afirman que allí había escopetas que no procedían de ETA o del GRAPO, sino de cazadores a los que se les había requisado por carecer de licencia.

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«¡Menudo paripé!». «Escopetas de juguete para hacernos creer que son de ETA». «Nos toma por ignorantes, las armas destruidas nada tienen que ver con ETA». «Lo que apisonaron fueron, por lo que se ve en el vídeo, escopetas de caza y carabinas de aire comprimido». Estos son algunos de los mensajes viralizados en redes.

También la Asociación Nacional del Arma de España (Anarma) alentaba las sospechas sobre un montaje en su perfil de Facebook: «No sabíamos que el arma favorita de los terroristas de ETA y el GRAPO fuese la escopeta de caza paralela y la superpuesta; tenían hasta escopetas de aire comprimido, suponemos que para atentar contra los gorriones».

«Esto demuestra el nivel de cultura en armas de fuego que tienen los principales medios de comunicación en España y lo fácil que resulta engañarles», concluía su comentario esta asociación.

Todas ellas fueron incautadas a grupos terroristas

En realidad, todas las armas que pudieron verse en esta destrucción simbólica sí fueron intervenidas a grupos terroristas en operativos organizados a instancias de la Audiencia Nacional. Ninguna de ellas tuvo una procedencia diferente, con independencia de que se llegaran a utilizar o no en acciones terroristas.

Las fotografías que ilustran los mensajes virales corresponden al acto simbólico presidido por el jefe del Ejecutivo, Pedro Sánchez, el jueves 4 de marzo en el Colegio de Guardias Jóvenes de la Guardia Civil Duque de Ahumada de Valdemoro (Madrid), donde una apisonadora aplastó armas dispuestas en hileras en el suelo.

Ese acto simbólico puso en marcha «el proceso de destrucción definitiva de 1.377 armas completas y 19 piezas fundamentales que permanecían bajo custodia de la Intervención de Armas de la Comandancia de Madrid de la Guardia Civil, cuerpo competente en esta materia», explicó entonces el Ministerio del Interior, organizador de la iniciativa.

Según precisó entonces el Gobierno, las utilizadas en aquel acto eran «armas de fuego intervenidas a comandos terroristas de ETA y del PCE(r)-GRAPO en operaciones policiales desarrolladas en España, sujetas a sumarios instruidos por los distintos juzgados centrales de la Audiencia Nacional entre 1977 y 2005″.

Fuentes de Interior indican que esas armas son las que la Audiencia Nacional acordó en su día destruir una vez que ya no eran necesarias en ningún procedimiento judicial.

La Audiencia Nacional dejó de necesitarlas y acordó destruirlas

En efecto, la Sala de Gobierno de la Audiencia Nacional acordó el 26 de septiembre de 2016 la destrucción de «1.402 armas referenciadas al efecto por la Comandancia de la Guardia Civil de Madrid» debido a «la antigüedad en la fecha de sus depósitos, habiéndose efectuado su análisis y peritación».

Aquel acuerdo de la Sala de Gobierno, a la que pertenecía entonces el juez Fernando Grande-Marlaska, actual ministro del Interior, precisaba que se trataba de armas «intervenidas en hechos delictivos» por las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado y «a disposición de la Audiencia».

El acuerdo judicial puntualiza que las armas habían aparecido «con motivo de las obras realizadas en la sede de la Audiencia Nacional», en la madrileña calle de Génova, y que «algunas de ellas» se encontraban «sin catalogar».

De la Audiencia proceden por tanto las «1.377 armas completas y 19 piezas fundamentales» utilizadas para el acto simbólico de Valdemoro y que, según recalca Interior, fueron intervenidas a comandos terroristas de ETA (el 90 % de todas ellas) y del PCE(r)-GRAPO en operaciones policiales en España «sujetas a sumarios instruidos por los distintos juzgados centrales de la Audiencia Nacional entre 1977 y 2005».

Y, respecto al tipo de armas mostradas en Valdemoro, Interior indica que allí había 697 pistolas, 172 revólveres y 274 subfusiles, mientras que el resto eran fusiles de asalto, rifles de precisión y «escopetas de ánima lisa», es decir, escopetas cuya ánima (el interior del cañón) carece de estrías.

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Tras el acto simbólico, todo ese armamento fue trasladado por la Guardia Civil a una fundición, donde se completó su destrucción real durante la madrugada del viernes 5.

Entre las destruidas que habían sido incautadas a ETA figuraba arman intervenidas por las Fuerzas de Seguridad al desarticular los comandos «Motrico» (1978), «Donibane» (1981), «Pepe Barrios» (1984), «Olloki» (1986), «Txalupa» (1987), «Txarito» (1988), «Lambroa» (1994), «Sugoy» (1996), «Galizia» (1996), «Andalucía» (1998) y «Bakartxo» (2002).

No todas las armas incautadas a terroristas se usaron en atentados

Una de las armas del acto simbólico de Valdemoro más señaladas en redes sociales como supuesta prueba de que no fueron incautadas a ETA o el GRAPO es una cuyo aspecto coincide con el de un modelo de carabina de aire comprimido popular en los años ochenta, pero ello no impide que fuera intervenida en una operación contra un grupo terrorista.

En diferentes operativos de las Fuerzas de Seguridad contra ETA se encontraron carabinas y escopetas de caza junto a explosivos y armas de diverso tipo. Y fuentes de la Guardia Civil insisten en que, por mucho que algunas resulten llamativas, todas las armas del acto de Valdemoro habían sido incautadas a colectivos terroristas y diligenciadas por este motivo.

En el mismo sentido, fuentes de la lucha antiterrorista subrayan igualmente que «todas las armas» que se pudieron ver en Valdemoro habían sido «intervenidas a organizaciones terroristas en procedimientos dirigidos siempre por la Audiencia Nacional».

Ni estas fuentes ni la Guardia Civil se pronuncian sobre los motivos por los que fueron requisadas armas como alguna de las destacadas en los mensajes virales, pero expertos en operaciones antiterroristas de hace décadas consultados por EFE aclaran que en los registros de locales o viviendas utilizadas por terroristas se requisaba todo, incluso la navaja menos sospechosa.

Por tanto, «no todas (las armas) las habrán utilizado para atentar, pero todas eran de ellos», puntualizan estos expertos.

En resumen, las 1.377 armas destruidas simbólicamente por el Gobierno a principios de marzo habían sido incautadas en décadas anteriores a grupos terroristas y es falso que se tratara de un montaje para el que se recurriera a escopetas de cazadores.

Fuentes:

Informe de la Oficina de Comunicación del Ministerio del Interior sobre el armamento destruido el 4 de marzo de 2021 en el Colegio de Guardias Jóvenes Duque de Ahumada de la Guardia Civil.

Acuerdo de la Sala de Gobierno de la Audiencia Nacional sobre conservación y destrucción de diversas armas intervenidas en hechos delictivos competencia de la Audiencia Nacional. 26 de septiembre de 2016.

Cuenta en Twitter de la Guardia Civil.

– Fuentes de la lucha antiterrorista.

– Antiguos expertos en operaciones antiterroristas.

– Informaciones de EFE sobre operaciones de las fuerzas de seguridad contra ETA.

Información redactada con aportaciones de Sagrario Ortega.

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