EFE I Madrid
El progresivo agravamiento de la pandemia ha llevado a varios países europeos a ordenar confinamientos domiciliarios, perimetrales y toques de queda, unas restricciones de movimientos cuya necesidad también es objeto de debate y análisis en España.
¿Cuáles son las más efectivas?
Expertos en salud pública consultados por EFE coinciden en que el confinamiento domiciliario y el cierre de bares y restaurantes son las medidas más eficaces desde el punto de vista sanitario, pero también las que más daños económicos provocan.
Apuestan, por ello, por la combinación de limitaciones sobre las actividades que dificultan el mantenimiento de la distancia social.
En España, las cifras crecientes de contagios y muertes han obligado a las administraciones públicas a endurecer las limitaciones con gran variedad de respuestas, en función de las características de los territorios, el momento de la curva epidemiológica o la ideología.
El Gobierno y las comunidades autónomas han descartado por ahora aplicar el confinamiento domiciliario y se han dado entre dos y tres semanas de margen para comprobar la eficacia de las distintas restricciones aplicadas en la actualidad.
Entre ellas se encuentra el toque de queda, una medida «coercitiva» que resulta útil en combinación con otras, o confinamientos perimetrales, que no logran parar la transmisión en el interior de las poblaciones, según los expertos.
La comunidad científica no ofrece, por tanto, una respuesta unánime acerca de la mejor forma de limitar el movimiento para poner freno a los contagios, mientras trata de adaptarse a la mayor velocidad a una situación dinámica para cuyo análisis faltan datos contrastados.
¿Es necesario un confinamiento nacional?
Sobre la conveniencia de decretar un nuevo confinamiento domiciliario en toda España como el que se ordenó en primavera, las opiniones oscilan entre el cuestionamiento de la eficacia de esta medida y la consideración de que será imprescindible en la mayoría del territorio nacional si la situación no mejora.
En cualquier caso, ante la gravedad de las circunstancias, los expertos apelan a la responsabilidad de los ciudadanos para que la aplicación de cualquier restricción sea más efectiva y advierten del peligro de los asintomáticos como grandes transmisores.
También apuntan a la combinación de varios tipos de limitaciones como posibles alternativas al confinamiento general, entre las que incluyen el cierre de restaurantes y bares, y abogan por mantener la actividad en los colegios.
El catedrático de Salud Pública de la Universidad Miguel Hernández de Elche (Alicante), Ildefonso Hernández, explica que entre los expertos en epidemiología y salud pública existe un debate acerca de si es preferible un confinamiento domiciliario o una «acumulación de medidas intensas más selectivas».
Las ventajas de combinar medidas
Hernández, director general de Salud Pública del Ministerio de Sanidad entre 2008 y 2011 y asesor de Baleares y la Comunidad Valenciana durante esta pandemia, advierte de que el conocimiento sobre el valor de las restricciones a la movilidad es todavía «limitado».
«Nos falta información epidemiológica con suficiente detalle» para «conocer el alcance que pueda tener cada medida», asevera el también portavoz de la Sociedad Española de Salud Pública y Administración Sanitaria (SESPAS).
En el análisis sobre la necesidad de un confinamiento general, según añade Hernández, hay también una carencia de datos acerca del comportamiento de la población, ya que no se han hecho las suficientes investigaciones sociológicas para determinar qué conductas han propiciado la transmisión de la enfermedad.
Por ello argumenta que lo mejor en este momento de alta transmisión comunitaria es agregar distintas restricciones que contribuyan a reducir la tasa de reproducción básica con independencia de su efectividad y, más adelante, ver de cuáles se prescinde.
Esta actuación combinada, además, transmite a la población «una sensación de riesgo» que condiciona sus decisiones y las hace más prudentes.
El coordinador del grupo de trabajo de Actividades Preventivas y Salud Pública de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (SEMERGEN), José Ignacio Peis, indica que todas las medidas que sirvan para limitar la transmisión de la enfermedad son «muy bienvenidas».
Precisa, sin embargo, que deben plantearse en función del entorno poblacional en el que se va a aplicar, pues no es lo mismo un ámbito urbano de servicios, una ciudad dormitorio o el medio rural.
Eficacia sanitaria pero daños económicos
El secretario de la Sociedad Española de Epidemiología, Federico Arribas, se encuentra entre los que sostienen que un confinamiento domiciliario como el de marzo es la restricción «más eficaz» desde un punto de vista sanitario al limitar al máximo los contactos.
Matiza, sin embargo, que su aplicación es problemática para «las clases sociales más desfavorecidas» con carencias de espacio en sus viviendas.
Por este motivo, Arribas propone que si la situación no mejora con las medidas actuales, transcurridas dos semanas desde su adopción, se imponga un confinamiento domiciliario nacional de 14 días, que podría tener excepciones en territorios menos afectados por la pandemia y en el que se mantendría la actividad escolar.
Si no se aplica esa solución en las comunidades autónomas con mayor incidencia y número de camas ocupadas en las UCI, enfatiza, la evolución de la pandemia «va a ser un desastre», por mucho que se entienda que «los confinamientos dañan la economía», cuestión a la que, pese a todo, «hay que ser muy sensible».
De modo parecido, José Ignacio Peis plantea la necesidad de esperar a conocer las repercusiones de las últimas restricciones antes de decidir sobre un confinamiento domiciliario general, aunque «si es necesario se tendrá que hacer», según destaca.
Recuerda, no obstante, que las limitaciones de movimientos actuales ya son muy similares a las que había en marzo, con la diferencia de que el trabajo y la educación mantienen una mayor actividad que entonces.
La utilidad de cierres perimetrales y toques de queda
Según Hernández, los cierres perimetrales pueden ser útiles si limitan los movimientos masivos entre poblaciones y la vida social en los locales de restauración de los lugares de destino, como también serían buenos los toques de queda para evitar la celebración de fiestas y otros eventos de alta capacidad de transmisión.
Arribas cree a su vez que el cierre perimetral es «una medida importante» porque limita «el flujo» de personas del núcleo aislado con el exterior pero no consigue «frenar totalmente la transmisión dentro del perímetro».
Asimismo, el también profesor del Departamento de Microbiología, Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universidad de Zaragoza valora el carácter coercitivo del toque de queda como «una medida más» para limitar los contactos.
En su análisis del alcance de las restricciones, Ildefonso Hernández subraya la importancia de algunas medidas complementarias con «mayor valor en reducir la transmisión» que limitar la movilidad.
«El cierre de aquellas actividades que permiten la interacción social de alta cercanía», como son los restaurantes, bares, locales de ocio nocturno y gimnasios, es por sí sola una medida más efectiva que las destinadas a que la gente permanezca en casa, explica el portavoz de SESPAS.
Así lo reflejan las evaluaciones de la primera fase de la pandemia y las conclusiones del Centro Europeo de Control de Enfermedades, aunque Hernández recalca que esos estudios, en todo caso, no se pueden aplicar directamente a la situación actual porque el contexto ha cambiado.
Bares, transporte público y teletrabajo
El catedrático puntualiza que para ordenar la clausura de esos establecimientos hay que «hacer un equilibrio» entre sus consecuencias positivas y negativas debido a que «tienen un componente económico importante».
Peis también se muestra partidario de limitar la actividad en la hostelería y subvencionar a las empresas que cesen su actividad.
Su experiencia, que incluye su actividad como médico de Atención Primaria en un centro de salud en Jaén, le lleva a afirmar que «la transmisión es social» y se produce en reuniones de amigos, que posteriormente infectan a personas del ámbito familiar, donde hay personas vulnerables que «mueren a diario».
Por ello subraya la necesidad de «concienciar a la juventud» para que extreme las precauciones.
Considera que el dinero público que habría que destinar a subvencionar a las empresas y trabajadores afectados sería una inversión rentable, ya que el agravamiento de la pandemia asociado a los encuentros en restaurantes y bares constituye un gasto mayor.
Ildefonso Hernández pide además que se aplique con rigor el Plan de respuesta temprana en un escenario de control de la pandemia por covid-19 del Ministerio de Sanidad, aumentar las frecuencias de transporte público y el fomento del teletrabajo.
En esto vuelve a coincidir Peis, quien señala la dificultad de determinar los efectos que tiene la presencia en espacios cerrados de grupos numerosos de ciudadanos con mascarillas de las que no se conoce si han excedido su tiempo de vida útil en el transporte público de las grandes ciudades.
El coordinador de Salud Pública de SEMERGEN solicita, asimismo, un mayor control policial del cumplimiento de las cuarentenas por parte de la población que debe aislarse tras haber dado positivo, así como de las normas de distanciamiento social y del uso de la mascarilla, ante los numerosos casos de desobediencia que se producen.
Fuentes:
-Ildefonso Hernández, portavoz de la Sociedad Española de Salud Pública y Administración Sanitaria (SESPAS), ex director general de Salud Pública y catedrático de esta misma especialidad de la Universidad Miguel Hernández.
-José Ignacio Peis, coordinador del grupo de trabajo de Actividades Preventivas y Salud Pública de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (SEMERGEN).
-Federico Arribas, secretario de la Sociedad Española de Epidemiología y profesor del Departamento de Microbiología, Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universidad de Zaragoza.
-Informaciones de EFE sobre la pandemia.