EFE Madrid I

¿Qué verificamos?

Las vacunas anti-covid de ARN mensajero causarán la muerte al 30 % de los vacunados porque permiten al virus replicarse dentro del organismo humano y provocan una respuesta peligrosa del sistema inmunitario que daña órganos vitales.

Conclusión

No es cierto. Las vacunas de ARNm no dañan el sistema inmunitario ni permiten que el virus acceda a las células para replicarse dentro del organismo.

Es falso que las vacunas de ARN mensajero inyecten en el organismo un «caballo de Troya» que permite al virus SARS-CoV-2 replicarse hasta provocar la muerte del 30 % de los vacunados, como asegura un contenido difundido en WhatsApp y redes sociales que esgrime teorías sin base científica sobre las reacciones del sistema inmunitario.

En los últimos días ha sido compartida en WhatsApp la afirmación «El 30 % de los vacunados morirán en pocos meses», atribuida a la genetista Alexandra Henrion-Caude, junto a un texto en el que se asegura que «las vacunas de ARNm serán utilizadas para la despoblación en los próximos tres a seis meses».

En este texto, en el que se cita también a la «doctora Tenpenny», se pronostica una «muerte de millones de personas» que será «atribuida» a «la nueva cepa del covid» para «promover las vacunas» y se advierte de que con los fármacos de ARNm se inyecta «un caballo de Troya» que «llevarán el virus al interior de la célula permitiéndole replicarse».

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De acuerdo con ese mensaje, las vacunas causarán «la muerte de muchas personas» en un año, bien por «el shock anafiláctico o las enfermedades cardiovasculares» o bien por «las enfermedades autoinmunes, ya que los anticuerpos de la proteína Spike comenzarán a atacar y a romper los glóbulos rojos».

Esta publicación circula asimismo desde hace semanas en Facebook, Instagram y Twitter, a veces con vínculos que conducen a artículos que la desarrollan y en los que se precisa que las vacunas «crearán esencialmente un fenómeno llamado mejora dependiente de anticuerpos (ADE)» que permitirá a «un ‘trozo’ de ARN mensajero replicarse indefinidamente».

Por este procedimiento, según el texto, se crearían «trozos» de la «proteína de espiga» en el interior del cuerpo de la persona vacunada, que lo convertiría en un «productor automático de vacunas endógenas».

No provocan reacciones peligrosas del sistema inmunitario

En realidad, es imposible que las vacunas de ARNm faciliten que el virus acceda a las células para «replicarse» dentro del organismo humano y desencadenar una respuesta del sistema inmunológico que dañe los órganos y provoque la muerte de millones de personas, según explican especialistas médicos y publicaciones científicas.

La publicación de WhatsApp -ilustrada con una foto de la osteópata estadounidense Sherri Tenpenny, una conocida activista antivacunas, a la que se identifica falsamente como la genetista francesa Alexandra Henrion-Caude- sostiene que las vacunas de ARN mensajero (ARNm) causarán muertes al provocar reacciones peligrosas del sistema inmunitario, pero esa tesis carece de base científica.

Frente a la afirmación de que las vacunas de ARNm introducen en el organismo «un caballo de Troya» por el que los anticuerpos «llevarán el virus al interior de la célula, permitiéndole replicarse y causando la muerte de muchas personas», lo cierto es que no hay ninguna evidencia científica de que esta posibilidad de infección pueda ocurrir con la vacunación anti-covid.

Como ya explicó en enero a EFE Verifica el portavoz de la Sociedad Española de Medicina Preventiva, Salud Pública e Higiene (SEMPSPH), Julián Domínguez, el ARN mensajero utilizado en las vacunas dura muy poco tiempo en el cuerpo de quien lo recibe y trabaja sobre los ribosomas -los orgánulos en los que tiene lugar la síntesis de proteínas- y no en el núcleo celular, por lo que no puede dañar el sistema inmunitario.

Cómo funcionan las vacunas ARNm

El virus causante de la covid-19 está envuelto por varias proteínas, entre ellas la conocida como «Spike» («S» o «de espiga»), que le proporciona su característica forma con crestas y le dota del «Dominio de Adhesión al Receptor» (RBD) o «llave maestra» que le da acceso a las células.

Vacunas como las de Pfizer o Moderna aprovechan esta vía cuando utilizan la molécula ARN mensajero con instrucciones para producir temporalmente una porción de la proteína S en el organismo del vacunado. El sistema inmunológico la reconoce como extraña, produce anticuerpos y activa las células T (glóbulos blancos) para atacarla.

Si, más adelante, esa persona entrara en contacto con el virus SARS-CoV-2, su sistema inmunológico lo reconocería y estaría listo para defender al cuerpo contra él. En todo caso, el ARNm de la vacuna no permanece en el cuerpo, sino que se descompone poco después de la vacunación.

No desencadenan el «fenómeno ADE»

Respecto a la afirmación de que las vacunas «crearán esencialmente un fenómeno llamado mejora dependiente de anticuerpos (ADE)» que permitirá a un «trozo» de ARN mensajero «replicarse indefinidamente», tampoco hay indicios de que este fenómeno pueda producirse con las vacunas de ARNm frente a la covid-19, ni parece posible por el tipo de anticuerpos que generan.

El “Antibody-Dependent Enhancement” (ADE), que los investigadores suelen traducir al español como “amplificación de la infección dependiente de anticuerpos”, es un fenómeno que se da en enfermedades como el dengue y consiste en un aumento exagerado de los anticuerpos que agrava una dolencia en lugar de curarla, de modo que provoca daños en diversos órganos.

Para empezar, “no hay datos experimentales ‘in vivo’” que muestren que el síndrome ADE “sea relevante” en el SARS-CoV-2, según explicaba un artículo de la Asociación Española de Vacunología (AEV) que traducía y adaptaba una investigación del experto estadounidense Barney Graham publicada en la revista Science.

Pero, además, no hay evidencia alguna de que el ADE pueda producirse como consecuencia de la aplicación de las vacunas que utilizan el ARN mensajero y los expertos consideran que sería improbable por el tipo de anticuerpos -neutralizantes- que generan.

Tampoco enfermedades autoinmunes

Tampoco hay evidencias científicas que relacionen las vacunas de ARNm con efectos adversos como enfermedades cardiovasculares o autoinmunes, que ya aparecían en un presunto «listado de posibles reacciones» al fármaco de Pfizer difundido en redes sociales a partir de diciembre y atribuido falsamente a la Administración de Alimentos y Medicamentos de EEUU (FDA, por sus siglas en inglés).

Ninguna de las reacciones graves de aquel listado figuraba entre los posibles efectos secundarios de la vacuna de Pfizer que la FDA había mencionado en su hoja informativa sobre ese fármaco y que en realidad eran los siguientes: «Dolor, enrojecimiento o hinchazón en el lugar de la inyección; dolor de cabeza, muscular o en las articulaciones; fiebre, nauseas, malestar o ganglios linfáticos inflamados».

En lo que respecta a las enfermedades autoinmunes, ni siquiera quienes ya padecían alguna de estas dolencias tienen motivos para no vacunarse contra la covid-19 por temor a sufrir un brote de su enfermedad.

«Por el diseño de las vacunas y por cómo reaccionan en nuestro organismo» y hacen que fabrique defensas contra la covid-19, «es altamente improbable y prácticamente excepcional que a través de la vacunación pueda haber un brote de la enfermedad autoinmune». Así lo explica el doctor Gerard Espinosa, especialista en Enfermedades Autoinmunes del Hospital Clínic de Barcelona, en la web de este centro.

En resumen, la publicación viral -que también menciona el apoyo a estas tesis de la bióloga irlandesa Dolores Cahill, otra conocida activista antivacunas– basa su pronóstico sobre la muerte de un 30 % de los vacunados contra la covid en afirmaciones sobre supuestos efectos de las vacunas de ARNm que carecen de base científica o médica.

Fuentes:

Web de la Agencia Europea de Medicamentos (EMA).

Información para entender cómo actúan las vacunas de ARNm contra la covid-19. Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EEUU.

Hoja informativa de la Administración de Alimentos y Medicamentos de EEUU (FDA) sobre la vacuna de Pfizer-BioNTech.

Especialistas del Hospital Clínic de Barcelona responden a preguntas sobre vacunas contra la covid-19 y enfermedades autoinmunes. 25 de marzo de 2021.

– Información de EFE Verifica «Es falso que alguna de las vacunas contra la covid-19 pueda destruir el sistema inmunitario». 22 de enero de 2021.

– Información de EFE Verifica «¿Cómo funcionan las vacunas contra la covid-19?». 26 de febrero de 2021.

– Información de EFE Verifica «Las falsedades que reparten por la calle con ‘información que te interesa’ para no vacunarte». 22 de febrero de 2021.

– Información de EFE Verifica «La vacuna de Pfizer no causó la mutación británica del virus ni provoca graves enfermedades». 28 de diciembre de 2020.

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