Bogotá, 14 oct (Alejandro Rincón Moreno | EFE).-
¿Qué verificamos?
En este año dominado por la COVID-19, una empresa de biotecnología intenta resucitar muertos.
Conclusión
No es cierto. La realidad es que en 2016 hubo un proyecto de investigación para regenerar daños cerebrales en pacientes clínicamente muertos con el fin de avanzar en el tratamiento del alzhéimer o el párkinson.
Ninguna empresa intenta resucitar este año a 20 muertos, como afirman mensajes difundidos en América Latina a través de redes sociales que tergiversan el contenido de un proyecto hecho público hace cuatro años cuyo objetivo era regenerar partes dañadas del cerebro en personas clínicamente muertas.
Preparem-se pic.twitter.com/I2F1Kct4iQ
— Sodré, o ultimo romântico 𓆏 (@Sodre77) October 4, 2020
Un tuit publicado el pasado día 4 y que se ha vuelto viral en Brasil y en varios países hispanohablantes de América pide «prepararse» para otra insólita noticia en este año de pandemia: «Una gran empresa de biotecnología intentará resucitar a 20 muertos».
Ese es el titular, atribuido al portal NoticiasCatólicas.net, que acompaña al mensaje -con más de 2.200 retuits y citado unas 15.500 veces tanto en portugués como en español-, junto a la imagen de un «muerto viviente» en una camilla.
Nada que ver con 2020 ni con los zombis
El titular sobre el intento de «resucitar» a 20 muertos fue publicado este verano en el dominio www.noticiascatolicas.net, pero se basa en un proyecto real de investigación de 2016 para tratar de revivir parte del cerebro de pacientes clínicamente muertos que estaban conectados a aparatos de soporte vital, con el fin de avanzar en la curación de enfermedades neurodegenerativas.
Aunque el tuit original no proporcionaba ningún enlace con ese dominio, el blog de la plataforma Blogger que lo utiliza publicó ese mismo titular el pasado 29 de agosto. Y, pese a que el autor del mensaje de Twitter (que cuenta con 32.000 seguidores) presenta su perfil en esta red social como «Humor y bromas de mala calidad», gran número de internautas tomaron la información como verdadera.
Lo cierto es que ese titular acompañado de la misma imagen ya figuraba en múltiples memes que habían circulado en Brasil durante los últimos años.
El texto viralizado en Twitter tiene una base real muy anterior a este 2020 dominado por el coronavirus. Y mediante una búsqueda inversa de la imagen que acompaña al mensaje -un fotograma del largometraje «El regreso de los muertos vivientes 3»– se puede llegar hasta ella, recogida por blogs en portugués y medios de comunicación en castellano en mayo de 2016.
Un proyecto para regenerar daños cerebrales de pacientes en coma
Así aparece la historia de cómo la compañía estadounidense Bioquark, con sede en Filadelfia, obtuvo aquel año un permiso de las autoridades en ese país y en la India para tratar de revivir parte del cerebro de personas que habían sido declaradas clínicamente muertas.
«No es que vayan a saltar y salir corriendo, pero, si tenemos éxito, estarán técnicamente vivos«, declaraba entonces quien se identificó como director gerente de la empresa, Iro Pastor, según informaba la británica BBC el 6 de mayo de 2016. «No somos unos doctores Frankenstein; trabajamos dentro de los límites del sistema tradicional de salud», añadía el directivo de Bioquark.
La compañía aclaraba que no esperaba devolver a la vida a nadie y que la prueba podría abrir en cambio la puerta a nuevas terapias para regenerar daños cerebrales en pacientes que sí están vivos, pero en coma, así como en el tratamiento de enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer o el Párkinson.
Pastor aseguraba además que su compañía estaba trabajando en el hospital indio de Anupam para «seleccionar a los pacientes indicados» que participarían en ese «experimento pionero», denominado «proyecto Reanima».
Se trataba de personas que no tuvieran actividad en el sistema nervioso, pero que siguieran conectadas a aparatos de soporte vital, según reportaron varios medios.
En su página web, Bioquark explica que la empresa «se centra en el desarrollo de nuevos productos biológicos que tienen la capacidad de modificar de forma natural el estado regulador de los tejidos y órganos humanos». El objetivo es «curar una variedad de enfermedades degenerativas crónicas, así como efectuar una regeneración compleja».