EFE Madrid I
Sergio Hernández y Ramiro Fuente I
¿Qué verificamos?
El migrante que se abrazó a una voluntaria de Cruz Roja tras llegar a Ceuta desde Marruecos es buscado en Mali por delitos de agresión sexual y se mueve con libertad en España.
Conclusión
No hay nada que avale la acusación contra el migrante, que fue devuelto a Marruecos poco después de su llegada sin que nadie tomara datos sobre su identidad y procedencia.
No hay ninguna evidencia de que el migrante que se abrazó a una voluntaria de Cruz Roja Española en El Tarajal, en una de las imágenes de mayor impacto de la crisis de Ceuta, tenga antecedentes por agresiones sexuales en su país, como le imputa una acusación en redes sociales.
Un mensaje de Twitter que ha sido eliminado pocas horas después de su publicación mostraba la imagen del abrazo y afirmaba: «Nayim Mbawe, presuntamente protagonista de la foto que hemos visto recientemente con la Cruz Roja, vendría de Mali, país donde es buscado por diversos delitos de agresión sexual».
«Ahora campa a sus anchas por España», añadía el comentario, que acumulaba cientos de interacciones antes de su supresión.
El mismo contenido ha sido utilizado al menos en dos cuentas atribuidas falsamente a medios de comunicación.
La imagen, captada por EFE entre otros medios, ha tenido un alcance internacional y su amplia repercusión ha motivado comentarios de las vicepresidentas del Gobierno Nadia Calviño y Yolanda Díaz, con la etiqueta #GraciasLuna, en referencia a Luna Reyes, la voluntaria de la Cruz Roja que aparece en las fotografías.
Devuelto a Marruecos
El migrante de la fotografía llegó el martes a Ceuta, a través del paso fronterizo de El Tarajal, y fue devuelto a Marruecos sin ser identificado, aunque le explicó a la voluntaria que le atendió que era de Senegal, lo que no se corresponde con los datos proporcionados por el autor de la publicación en Twitter.
El fotógrafo de la Agencia EFE Raduan Dris fue uno de los reporteros que captó la imagen del abrazo.
Según explica, el hombre llegó con un amplio grupo de otros migrantes, cuya situación sanitaria era precaria debido al cansancio, después de horas de marcha para llegar al paso fronterizo y atraversarlo.
En la playa, tras haber recibido la atención sanitaria de la Cruz Roja, al comprobar que se acercaba el momento en el que iba a ser forzado a regresar a Marruecos, «comenzó a llorar, cogió una piedra y se golpeó con ella«, fruto de la «desesperación» y «la impotencia» que sentía, según relata Dris.
En una entrevista en RTVE.es, la voluntaria apunta que el joven le dijo que era de Senegal y cuenta que su desesperación también se debía a que pensaba que un amigo que le había acompañado en su viaje hacía Ceuta «se moría».
«Hubo un momento en que se empezó a dar con piedras en la cabeza porque además estaba viendo que les estaban devolviendo a todos y se quería matar», comenta Reyes.
Los soldados del Ejército de Tierra presentes en la playa impidieron con la ayuda de Reyes que el joven se hiciera más daño, como también muestran las imágenes grabadas por TVE.
Después de que la voluntaria de la Cruz Roja pudiera tranquilizarlo, el joven fue devuelto a Marruecos, en virtud del acuerdo firmado por España y el país norteafricano en 1992 sobre la readmisión de ciudadanos extranjeros, según pudo comprobar EFE en el lugar.
Esa circunstancia hace difícil sostener que ahora campe «a sus anchas por España», como aseguraba el mensaje, ya que para ello debería haber conseguido volver a cruzar la frontera.
Sin datos que lo identifiquen
Fuentes de Cruz Roja exponen a EFE que no se pudo tomar la filiación del joven ni la del resto de migrantes porque, «al tratarse de una avalancha, se priorizó la atención humanitaria a los más vulnerables», como era su caso.
En condiciones normales, además de encargarse de la atención sanitaria, Cruz Roja habría tomado datos básicos como edad, nombre y procedencia de los migrantes, en función de lo que respondieran ellos, para que la Policía Nacional pudiera comprobarlos y proceder así a la filiación real y definitiva de cada uno.
Pero en este caso no fue posible porque se trató de una avalancha en la que llegaron cientos de migrantes, de modo que Cruz Roja se vio desbordada y tuvo que anteponer la asistencia sanitaria de los más débiles a la obtención de los datos.
Ni la Cruz Roja ni la Policía Nacional, por tanto, tienen conocimiento de la identidad ni el país de procedencia del migrante y solo existe el indicio del testimonio dado a la voluntaria sobre su nacionalidad senegalesa.
De este modo, no hay pruebas que respalden la versión del tuit que señalaba antes de ser borrado que se llama Nayim Mbawe y es de Mali, donde sería buscado como sospechoso de varios delitos de agresión sexual, datos sobre los que el autor de la publicación tampoco aportaba ningún aval.
Una fuente de dudosa credibilidad
El mensaje citado fue publicado por un perfil con el nombre de «el pinwino», que ya había participado en la difusión de una imagen trucada de la edición digital del diario El Mundo, con un titular falso que afirmaba: «Arde la iglesia católica más grande de Ceuta después de una noche de disturbios», en un contexto de mensajes engañosos con imputaciones a los inmigrantes de actos vandálicos que no se han producido.
También el mensaje sobre el joven de la foto del abrazo se ha difundido con el mismo texto y la misma imagen por medio de perfiles falsos atribuidos a los periódicos El País y El Plural, que no disponen del distintivo azul con el que Twitter certifica el carácter oficial de una cuenta.
En conclusión, no existe ninguna prueba de que la acusación difundida por medio de las redes sociales y posteriormente eliminada esté fundamentada en ningún hecho real.
Fuentes:
– Cruz Roja Española.
– Raduan Dris, reportero gráfico de la Agencia EFE.
– Entrevista en RTVE.es de la voluntaria de Cruz Roja Luna Reyes.