Madrid, 11 dic (Ramiro Fuente | EFE).- Los datos provisionales de grandes farmacéuticas sobre la eficacia de sus vacunas contra la covid-19 han anticipado un debate en el que se entremezclan dudas de la población sobre cómo será la vacunación, cuando le tocará a cada uno y qué garantías de inmunidad ofrecerá.

De dónde serán las vacunas

En todo el mundo hay unos 260 proyectos de investigación en busca de una vacuna eficaz contra la covid-19, 56 de ellos en fase de «validación clínica», con un total de 109 ensayos activados en numerosos países.

Entre los proyectos más avanzados figuran los que desarrollan la estadounidense Pfizer con la alemana BioNTech, la vacuna rusa «Gam-COVID-Vac» (o «Sputnik V»), la de la británica AstraZeneca con la Universidad de Oxford y la china Sinovac con el Instituto Butantan de Brasil.

También se encuentran en el grupo de cabeza las vacunas chinas de Sinopharm con el Instituto de Wuhan y con el de Pekín, la también china de CanSino Biologics y las estadounidenses de Moderna, de Novavax y de Janssen Pharma-Johnson&Johnson.

No hay aún resultados de ensayos publicados en revistas científicas, pero algunas de estas empresas han difundido comunicados en los que destacan el nivel de eficacia de sus proyectos.

La primera fue Pfizer, que anunció el 9 de noviembre una eficacia superior al 90 % entre los participantes en los ensayos, mientras que, dos días después, el Centro Gamaleya y el Fondo de Inversiones Directas de Rusia afirmaban que la vacuna «Sputnik V» era eficaz en un 92 % de los casos.

Cinco días más tarde, Moderna situaba en un 94,5 % el nivel de efectividad de su vacuna y este miércoles Pfizer volvía a elevar el listón al anunciar una eficacia del 95 % a partir de los 28 días posteriores a la primera dosis.

Por último, el 23 de noviembre se sumaba el consorcio AtraZeneca/Universidad de Oxford con el anuncio de una eficacia media del 70,4 % (entre el 62 y el 90 %, según las dosis) para su vacuna, más barata y fácil de conservar que las dos estadounidenses.

¿Habrá vacunas suficientes?

Para planificar a tiempo la compra y distribución de vacunas en la UE, la Comisión Europea puso en marcha un sistema de adquisición anticipada cuando aún no se podía saber cuáles tendrían éxito, con el fin de asegurarse determinadas dosis de distintos laboratorios de Europa y EEUU.

Así, ha firmado ya o tiene contratos previstos con Pfizer-BioNTech (para adquirir 300 millones de dosis), con Moderna (160 millones), con AstraZeneca-Universidad de Oxford (400) y con Janssen Pharma-Johnson&Johnson (otros 400), así como con la alianza franco-británica Sanofi-GSK (300 millones de dosis) y con la alemana Curevac (405 millones).

Pese a lo avanzado de sus proyectos, Rusia y China no participan de momento en este sistema de compra ni han presentado documentación sobre sus vacunas a la Agencia Europea del Medicamento (EMA).

El portavoz comunitario en asuntos de salud, Stefan de Keersmaecker, no ha desvelado con quién negocia la Comisión, pero Bruselas espera contar pronto con acuerdos suficientes como para poder vacunar a unas 900 millones de personas, más del doble de los 447 millones de habitantes de la UE.

¿Llegarán a todo el mundo?

La logística que requiere alguna de las vacunas punteras parece dificultar su distribución universal. La de Pfizer exige para su conservación una temperatura inferior a 70 grados bajo cero, algo que complica el transporte y almacenaje en países en desarrollo o zona rurales.

Por otra parte, tanto Pfizer como Moderna desarrollan vacunas basadas en la novedosa técnica del ARN mensajero, que introduce una secuencia con las instrucciones para generar anticuerpos. Ese uso de tecnologías sofisticadas puede encarecerlas y dificultar su distribución en países más pobres.

Para prevenir esos problemas, la Organización Mundial de la Salud (OMS) creó -con entidades como la alianza GAVI- la plataforma COVAX, a la que contribuyen naciones con ingresos medios y altos para recibir vacunas equivalentes al 20 % de sus poblaciones con la condición de financiar el acceso de países más pobres a una proporción similar.

Un total de 186 países se han unido a COVAX, que ha recaudado ya 2.500 millones de dólares y para la que 94 Estados financian la investigación de vacunas. Pfizer-BioNtech no figura en la lista de laboratorios que colaboran con la iniciativa, pero Moderna sí, a cambio de facilidades para su distribución en naciones pobres.

Cuándo empezará la vacunación

Las previsiones más optimistas apuntan a finales del presente mes de diciembre para el inicio de una vacunación generalizada en Europa.

El 8 de diciembre, la anciana de 90 años Margaret Keenan se convirtió en la primera persona del Reino Unido en recibir la vacuna estadounidense de Pfizer, mientras que la rusa «Sputnik V» ya había empezado a ser administrada en su país, pero con una demanda exterior casi inexistente. Y los cálculos de la OMS situaban en febrero el horizonte para una fabricación masiva de vacunas.

La científica jefe de la OMS, Soumya Swaminthan, argumenta que, más allá de los alentadores ensayos ya anunciados, hace falta un seguimiento de los voluntarios participantes durante al menos dos meses y medio para comprobar el efecto de las vacunas en mayores, cuánto tiempo se conserva la inmunidad y si se pueden administrar a personas con enfermedades preexistentes.

En España, el ministro de Sanidad, Salvador Illa, prevé que en la primera quincena de enero se puedan administrar las primeras dosis de un total próximo a 140 millones, con las que se podría inmunizar a 80 millones de ciudadanos, muy por encima de los 47 millones de españoles.

Sanofi, Janssen, AstraZeneca, Pfizer-BioNTech, Novavax, Moderna y Curevac son los siete fabricantes con los que España cuenta para esta adquisición de dosis, con el objetivo de avanzar en un «proceso progresivo» de vacunación hasta que, en el verano «aproximadamente», se alcance el número de personas vacunadas suficiente que permita «relajar las medidas» restrictivas «con seguridad».

En el mismo sentido, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, calculaba el pasado día 4 que entre 15 y 20 millones de españoles podrán estar ya vacunados en mayo o junio.

Quiénes serán los primeros

Corresponde a cada país decidir cómo distribuir las vacunas entre su población, pero la Comisión Europea ha recomendado dar prioridad a trabajadores esenciales como sanitarios o cuidadores de ancianos, a mayores de 60 años, a personas con problemas médicos que les hagan más vulnerables y a colectivos socioeconómicamente desfavorecidos.

En el caso de España, el Consejo de Ministros dio el 24 de noviembre vía libre a una estrategia de vacunación contra la covid-19 que dará prioridad en una primera etapa, entre enero y principios de marzo, al personal de residencias y a los internos mayores y con discapacidad, seguidos del resto de profesionales sanitarios y grandes dependientes, un colectivo global de 2,5 millones de personas.

En una segunda etapa, se vacunará entre marzo y junio a mayores de 64 años, población vulnerable, trabajadores esenciales, docentes y niños, entre otros grupos, de modo que se amplíe la inmunidad a un total entre 15 y 20 millones de personas. La tercera fase, aún sin concretar, permitiría al resto de españoles acceder a la vacuna a lo largo del año.

En cuanto a la duración del proceso de vacunación general en todo el mundo, la experta en Inmunoterapia Carmen Alvarez-Domínguez, investigadora de la Universidad Internacional de la Rioja (UNIR), calcula que se puede prolongar hasta finales de 2021.

Cuánto costarán

El precio que deberán abonar los ciudadanos europeos por las dosis de vacunas dependerá de lo que establezca cada país. En España, el ministro de Sanidad ha dejado claro que «serán gratuitas».

Otra cosa es el precio que habrán de pagar la UE y los Estados. La Comisión Europea ha presupuestado unos 2.150 millones de euros para «apoyar la conclusión de los acuerdos de compra anticipada», según fuentes europeas consultadas por EFE en Bruselas, pero esos fondos incluyen inversiones para ayudar a los laboratorios a aumentar sus capacidades de producción.

Las mismas fuentes precisan que esa cantidad debe distinguirse de las que pagarán los Estados por el pedido y la entrega de vacunas. Y eso dependerá a su vez de la cantidad de dosis y del precio de cada una.

Ahí es donde la horquilla es muy amplia, según los laboratorios y la vacuna. Como ejemplos significativos, el precio de la vacuna que fabrique AstraZeneca puede oscilar para sus compradores directos entre 2,5 y 3,5 euros por unidad, mientras que el precio que habrán de pagar a Moderna rondará previsiblemente los 30 euros por dosis.

¿Hasta qué punto serán eficaces?

Aunque las autoridades sanitarias internacionales ven alentadores los porcentajes de eficacia en los ensayos dados a conocer por farmacéuticas como Pfizer o Moderna, aún es pronto para determinar su efectividad futura. Serán los datos finales los que garantizarán si la eficacia y la seguridad que prometen se ajusta a la realidad, según advierte la OMS.

Para ello, habrá que observar posibles efectos en pacientes durante al menos dos meses y, en función de la administración prevista de dos dosis en cada vacuna, comprobar factores como cuánto dura la inmunidad o cuál es su efecto en grupos de edad avanzada, los de mayor riesgo, porque los estudios intermedios se realizan con personas de mediana edad.

Aún se desconoce además si inmunizan totalmente o solo disminuyen la gravedad de la enfermedad, tal como apunta el farmacólogo Joan-Ramon Laporte, fundador del Instituto Catalán de Farmacología.

«Una cosa es lo que se prueba en individuos sanos, con unas condiciones, y otra es cómo funciona esa vacuna entre la población en general», recuerda la experta Álvarez-Domínguez, tras precisar que los datos de eficacia se publican en un estudio científico cuando concluye la investigación, aunque en este caso se hayan adelantado datos intermedios porque resultaban «prometedores».

También el presidente de la Asociación Española de Vacunología (AEV), Amós García Rojas, puntualiza que, sin dudar de que los anuncios de las farmacéuticas son correctos, deberían haberse hecho a través de publicaciones científicas, de modo que «falta camino por recorrer» y habrá que definir «si esos perfiles de eficacia son los mismos para jóvenes, adultos o ancianos». Por eso mismo también será bueno poder elegir entre varias vacunas en función del grupo.

En todo caso, ya se ha empezado a buscar una mayor efectividad de las vacunas incluso por la vía de la colaboración entre farmacéuticas, como acaba de hacer AstraZeneca al anunciar que investigará con este objetivo una combinación de su vacuna con la rusa Sputnik.

¿Será obligatorio vacunarse?

Cuando las vacunas protejan a un porcentaje de la población entre el 66 y el 75 % se habrá logrado la inmunidad de rebaño, según Sanidad, pero el barómetro de octubre del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) revelaba que un 43,8 % de los españoles no estaría dispuesto a vacunarse inmediatamente, frente al 40,2 % que sí lo haría. Y ese rechazo había aumentado 3,5 puntos en un mes.

Por tanto, ¿se ha planteado el Gobierno recurrir a una vacunación obligatoria? «Es un escenario que no debemos descartar, pero no creo que haga falta», contestaba Illa hace unos días, convencido de que «la ciudadanía va a reaccionar bien».

También el director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias, Fernando Simón, recordaba tras la encuesta del CIS que España cuenta con una de «las mejores coberturas de vacunación del mundo» y confiaba en que los ciudadanos mantengan «ese criterio generoso» que hasta ahora ha hecho innecesaria la obligatoriedad.

Pero ¿habría cobertura legal en España para una vacunación obligatoria, llegado el caso? Sí, al amparo de dos leyes: una de abril de 1980 que modifica la Ley de Bases de la Sanidad de 1944 y otra de 1986, la ley orgánica de Medidas Especiales en Materia de Salud Pública.

Esta ley de 1986 dispone que las autoridades sanitarias podrán adoptar los tratamientos precisos ante un «peligro para la salud de la población» y facultan a aplicar las medidas «que se consideren necesarias» en caso de «riesgo de carácter transmisible» de una enfermedad contagiosa.

Por su parte, la ley de 1980, pensada para la viruela, la difteria y el tifus, autorizaba a imponer la vacunación para «todas las demás infecciones» ante un «estado epidémico».

Sin más regulación que esa, hay precedentes: En noviembre de 2010, un juez de Granada ordenó vacunar contra el sarampión a 35 menores por un brote epidémico.

E incluso para la covid-19 ya hay una Comunidad Autónoma que ha dado el primer paso: El PP de Galicia, que gobierna con mayoría absoluta, registró en noviembre en el Parlamento autonómico una proposición para reformar la ley de salud de 2008 que permitirá imponer multas mínimas de 1.000 euros a quien se niegue a ser vacunado.

Fuentes:

Estrategia de vacunación contra la covid-19 en España. Noviembre de 2020.

Ley Orgánica de Medidas Especiales en Materia de Salud Pública. 14 de abril de 1986.

Ley de modificación de la base IV de la Ley de Bases de la Sanidad Nacional de 1944. 24 de abril de 1980.

Barómetro de octubre de 2020. Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS).

Borrador de vacunas candidatas contra la covid-19. Organización Mundial de la Salud (OMS).

– Informaciones de EFE sobre el desarrollo de vacunas contra la covid-19 y planes de vacunación en España y la Unión Europea.

Información redactada con aportaciones de Javier Albisu (Bruselas), Noemí G.Gómez y Raúl Casado (Madrid) y Lara Malvesí (Barcelona).