Javier Albisu
EFE Bruselas | 

El 15 de noviembre un misil cayó sobre la localidad polaca de Przewodów, en la frontera con Ucrania. Mientras los medios informaban de dos muertos y reinaba la confusión por lo ocurrido, Rusia ponía en marcha una vez más su maquinaria de desinformación.

Por las redes sociales empieza a circular un mensaje de un falso perfil de Facebook en el que un expolítico municipal polaco supuestamente atribuye el incidente a una provocación de Ucrania para escalar el conflicto. 

En los días sucesivos, los canales diplomáticos rusos esparcirán contenidos falsos con vídeos e imágenes para acusar al bloque occidental de «guerra híbrida» y a las fuerzas ucranianas de cometer crímenes de guerra. 

Todo ello sirve para crear «distracción y distorsión», pues el objetivo no es seducir al ciudadano para que confíe en esa narrativa propagandística, sino confundirle y que termine por no creer nada de lo que oiga o vea sobre el incidente, envuelto ahora en una nebulosa difícil de descifrar. 

El ejemplo expuesto es un caso real que la Comisión Europea recoge en un informe piloto publicado este martes sobre el «modus operandi» de Moscú en el ámbito de la desinformación, una doctrina militar que Rusia ha desarrollado y potenciado en la última década y que tiene gran protagonismo al calor de la guerra en Ucrania. 

Cómo opera la desinformación de Rusia

La Comisión ha diseccionado el método que emplea Rusia y ha añadido a su glosario un nuevo término: FIMI, acrónimo en inglés para el concepto de «Manipulación e interferencias de información extranjera» que describe «un patrón de comportamiento en su mayoría no ilegal que amenaza o tiene el potencial de impactar negativamente valores, procedimientos y procesos políticos»

El estudio del Servicio de Acción Exterior de la UE que dirige Josep Borrell destaca que las actividades FIMI tienen «carácter manipulador» y se ejecutan de manera «intencional y coordinada» por agentes estatales (como las cuentas diplomáticas en las redes sociales) o no estatales (como supuestos medios de comunicación aparentemente legítimos). 

Los canales diplomáticos rusos son «cada vez una parte más integral» de la estrategia, agregan fuentes comunitarias, que añaden que los procedimientos se van sofisticando a través de una coreografía de cuentas en redes sociales como Twitter, Facebook y, cada vez más, Telegram, que actúan de manera coordinada y en distintos idiomas. 

Otro elemento habitual es la suplantación de la personalidad, bien con un perfil fraudulento como en el caso del misil caído en Polonia o bien emulando publicaciones legítimas desde las que se atacan a Ucrania y a sus políticos, como la francesa Charlie Hebdo, la alemana Titanic o la española El Jueves, precisa el informe. 

«No todo lo que es ‘proPutin’ es necesariamente desinformación, lo es si esa opinión está amplificada artificialmente por herramientas coordinadas», explica un alto funcionario europeo. 

El informe, que extrae sus conclusiones de 100 casos analizados entre octubre y noviembre de 2022 por una unidad que lleva desde 2015 indagando el fenómeno de la desinformación, indica que 83 de los casos estudiados eran rusos, 12 chinos y en 5 participaron ambas potencias. 

China se sirve de la desinformación rusa

Bruselas señala a Rusia como gran adalid de esas técnicas de manipulación contra la UE, pero apunta también a China, copia y utiliza la desinformación de factura rusa para criticar o desprestigiar a la OTAN o al bloque occidental en una relación de «oportunismo» pero sin «coordinación» previa entre Moscú y Pekín. 

El objetivo de la Comisión es exponer las fuentes de la desinformación y las técnicas, tácticas y procedimientos empleados. 

«No se juzga el contenido, sino el comportamiento de los actores», insiste una fuente europea. 

La UE ha prohibido ya la difusión de contenidos en el espectro comunitario a 9 plataformas de comunicación rusas como RT o Sputnik, que Moscú utiliza como herramientas de manipulación y a las que en 2022 el Kremlin financió con de 1.300 millones de dólares. 

Pero «hay espacio para seguir avanzando» por esa senda, agrega una alta funcionaria. 

El incidente del misil de Przewodów citado al inicio de este texto no lo lanzó Rusia ni fue un ataque deliberado de Ucrania, sino que se trató «probablemente» de un error de Kiev, al intentar interceptar un ataque de misiles de crucero rusos, según la versión de la OTAN.

Fuentes:

1º Informe del Servicio de Acción Exterior de la Unión Europea sobre las amenazas de manipulación e interferencia de la información extranjera.

Informaciones de EFE.

Descubre más desde EFE Verifica

Suscríbete ahora para seguir leyendo y obtener acceso al archivo completo.

Seguir leyendo