
¿Qué verificamos?
La dana de Valencia fue una operación de la OTAN, que ese 29 de octubre abrió los pantanos y provocó las fuertes inundaciones, según denuncia la actriz Elisa Mouliaá.
Conclusión
La mayoría de los fallecidos de la dana fue a consecuencia de la riada de la rambla del Poyo, que se originó por el aporte de agua de otros dos barrancos y no por la apertura de ninguna presa.
EFE Madrid |
La dana de Valencia no fue consecuencia de una operación de la OTAN, como afirma la actriz Elisa Mouliaá que alienta la teoría de la conspiración de que la tragedia que vivió esa provincia en octubre de 2024 fue un plan para controlar a la población.
En una entrevista que se ha viralizado en redes sociales, Mouliáa dijo que las graves inundaciones que afectaron a la provincia de Valencia el 29 de octubre de 2024 ocurrieron porque la OTAN ordenó abrir las presas.
En este sentido, la intérprete argumentó que es imposible que «en siete minutos se puedan llenar 11 metros cúbicos» —en referencia a la cantidad de agua que cayó ese día en algunos municipios valencianos— y aseguró que la dana fue, en realidad, un «ataque meteorológico militar para controlar a la población».
«Se aprovechan del cambio climático y de los virus del aire para controlar la población», señaló.
Antes de vincular la dana con una operación militar, la actriz afirmó en esa entrevista que los atentados del 11S fueron “un ataque destinado a justificar una invasión”. Sostuvo que las Torres Gemelas no pudieron derrumbarse únicamente por el impacto de los aviones, por lo que, a su juicio, fue necesario el uso de explosivos en sus cimientos.

Las inundaciones no fueron a causa de las presas
La mayoría de los fallecidos que se registraron en aquella jornada fue como consecuencia de la riada de la rambla del Poyo, cuyo cauce se desbordó por el aporte de agua de otros dos barrancos y no por la apertura de ninguna presa, según una investigación de la Universidad de Valencia y el auto de la jueza que investiga la gestión de la dana.
En todo caso, la OTAN, una alianza puramente militar, no tiene competencias para gestionar ni tomar decisiones sobre los recursos e infraestructuras hidrográficas de España.
La jueza de Catarroja que investiga la causa penal de la dana determinó, en un auto fechado en mayo, que la presa de Forata no sufrió de desbordamiento, coronación o rotura que derivara en un aumento de caudal de manera súbita e inesperada y que provocara en definitiva los fallecimientos de esa tragedia, tal y como confirmaron dos peritos en sede judicial.
En este sentido, la titular del juzgado de Instrucción 3 de Catarroja tildó de «auténtico bulo» la repercusión de la presa de Forata en la crecida del barranco del Poyo y consideró que, en realidad, esta infraestructura tuvo «un efecto beneficioso» al evitar que la riada fuera más devastadora.
En otro auto de octubre, la Audiencia Provincial de Valencia apoyó a la jueza de la dana al desestimar el recurso de apelación de una acusación particular personada en la causa penal sobre la gestión de la dana, relativa a su petición de información sobre los embalses de Forata y Buseo
La Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ) —organismo del que depende la presa de Forata— aseguró en un informe remitido a la jueza que las compuertas de aliviadero «se encontraban abiertas al inicio del episodio, y así se mantuvieron en todo momento».
Según informó EFE Verifica en noviembre de 2024, la CHJ notificó ese 29 de octubre tanto a las autoridades locales como a la ciudadanía del riesgo de rotura de la presa y el vertido de agua.
Por otro lado, la presa de Forata no está conectada al barranco del Poyo, cuyo desbordamiento provocó la mayoría de las muertes registradas por la dana.
Una investigación de la Universidad de Valencia, en colaboración con la Aemet y la Avamet, determinó que los aportes principales de agua a la rambla del Poyo se produjeron por dos subcuencas, los barrancos de Horteta y Gallego, y la riada pudo triplicar o más los 2.000 metros cúbicos por segundo que llevaba el primero.
Dichas zonas se encontraban aguas abajo del caudalímetro de la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ), por lo que su medición solo podía realizarse ‘in situ’. Según el Plan Especial frente al riesgo de inundaciones de la Comunitat Valenciana, la Generalitat es el órgano encargado de la obtención de «información de registros de zonas sin cobertura por redes automáticas».
El papel del cambio climático
Una dana (depresión aislada en niveles altos) ocurre cuando una masa de aire frío se separa de un cinturón de vientos y queda aislada, por lo que desciende y entra en contacto con aire más cálido y húmedo. Este choque causa inestabilidad y fuertes precipitaciones en poco tiempo.
Distintos estudios (1, 2) confirman que estos fenómenos meteorológicos, aunque son frecuentes en la región mediterránea, se han visto agravados con el cambio climático
Según World Weather Attribution, una plataforma de colaboración académica que estudia las causas de eventos climatológicos extremos, los episodios de lluvias intensas de un día «son aproximadamente un 12 % más intensos y casi dos veces más probables en el clima actual, que es 1,3 °C más cálido de lo que habría sido en el clima preindustrial más frío sin el calentamiento provocado por el ser humano».
El día de la dana, la estación meteorológica de Turís (Valencia) registró el récord de precipitaciones acumuladas en una hora en España al caer 184,6 litros de lluvia por metro cuadrado.
Una antigua teoría de la conspiración del 11S
En su entrevista, Mouliáa avivó la vieja teoría de la conspiración de que las Torres Gemelas cayeron el 11S como consecuencia de la detonación de explosivos en su base.
La investigación oficial contradice tales especulaciones, como deja de manifiesto el informe de la comisión bipartidista creada por el Congreso para analizar los hechos.
Por otra parte, el Instituto Nacional de Estándares y Tecnología (NIST, por sus siglas en inglés) determinó en 2005 que los aviones que chocaron contra las Torres Gemelas causaron daños estructurales en las columnas de apoyo de los edificios y descargaron alrededor de 30.000 litros de combustible sobre los rascacielos.
Las consecuencias fueron el incendio de las torres, con temperaturas de 1.000 grados, y su posterior desplome. Los investigadores nunca encontraron cargas explosivas ni otros indicios de una demolición controlada.
En definitiva, no es cierto que la OTAN sea culpable de las muertes de la dana al ordenar la apertura de las compuertas de las presas. No se ha encontrado evidencia alguna hasta la fecha de que el agua que aliviaron los embalses provocase los fallecidos de esa tragedia y la Alianza Atlántica no tiene competencias en infraestructuras hidrográficas.
Fuentes:
Informaciones de EFE.
