¿Qué verificamos?
La NASA admite que el objeto interestelar 3I Atlas no sería un cometa al uso, sino que es de origen extraterrestre.
Conclusión
La NASA no ha hecho tal afirmación y sigue calificando al citado objeto interestelar de cometa.

EFE Madrid |
Es falso que la NASA haya admitido que el 3I/Atlas sea una nave «con tripulantes no humanos», como afirman mensajes en redes sociales que se hacen eco de la teoría de la conspiración de que este objeto interestelar tiene origen extraterrestre.
Mensajes en redes sociales (Instagram, Facebook) aseguran que la NASA ha admitido que el objeto interestelar bautizado como 3I/Atlas no es un cometa.
«La NASA lo confirma: el 3I/ATLAS podría tener tripulantes no humanos», se lee en los mensajes, que vienen acompañados de un vídeo en el que aparecen una nave no terrestre y en su interior unos seres azules al mando.
En los mensajes también se dice que «según los datos más recientes, dentro de esta masa brillante podría ocultarse tecnología no humana».

Sin rastro de la afirmación
No hay ninguna evidencia que demuestre que la NASA haya admitido que el objeto interestelar conocido como 3I/Atlas sea una nave tripulada por individuos extraterrestres. Tanto en su página en internet como en sus redes sociales, la agencia espacial estadounidense sigue refiriéndose a 3I/Atlas con el citado término.
No hay rastro de esa información en la página web de la NASA o en sus redes sociales. En todas las publicaciones relacionadas con el objeto interestelar 3I/Atlas se le menciona siempre como el cometa 3I/Atlas, como puede verse haciendo una consulta en su web.
Tampoco hay informaciones en medios de comunicación ni en el archivo de informaciones de EFE, EFEData.
Por su parte, la Agencia Europea del Espacio (ESA) también se refiere al objeto interestelar como cometa 3I/Atlas tanto en su página en internet como en sus redes sociales.

Una señal de radio lo confirma
La confirmación más reciente de que se trata de un cometa ha llegado de un observatorio en Sudáfrica que detectó la primera señal de radio proveniente del objeto interestelar.
La publicación de la noticia ha creado un creciente revuelo de la comunidad conspiranóica que asocia la señal captada por el observatorio MeerKAT, en Sudáfrica con una transmisión emitida por una inteligencia alienígena.
En realidad se trata de un patrón de radiofrecuencia observado por las antenas del radiotelescopio MeerKAT, que detectó «una absorción de OH en las líneas de 1665 MHz y 1667 MHz” como puede leerse en una reciente publicación profesional de astrónomos The Astronomer’s Telegram.
Cuando un cometa se aproxima al Sol, el calor hace que el hielo que contiene se evapore directamente. Durante este proceso, algunas moléculas de agua se rompen y liberan radicales de hidroxilo (OH). Estas moléculas de OH pueden absorber ciertas frecuencias de ondas de radio, lo que produce la absorción observada en ese rango del espectro.
El científico de la ESA Michael Küppers señala a EFE Verifica que «la reciente detección de líneas espectrales de OH, producto de la disociación del agua, en longitudes de onda de radio (18 cm) confirma la presencia de agua como molécula principal en la cola del objeto interestelar 3I».
El agua en 3I/Atlas ya había sido descubierta previamente mediante telescopios terrestres y el Telescopio Espacial James Webb, explica Küppers a EFE Verifica, quien asegura que «esta nueva observación constituye una prueba más de que 3I es un cometa proveniente de un sistema estelar lejano».
En esencia, es similar a los cometas del sistema solar con algunas diferencias en su composición que «pueden explicarse por las condiciones de formación (por ejemplo, la temperatura) en su sistema estelar, que difieren de las de nuestro sistema solar», añade Küppers.
¿Qué sabemos del cometa 3I/Atlas?
Según la NASA, el cometa 3I/ATLAS es «el tercer objeto extrasolar conocido que se descubre pasando por nuestra vecindad celeste» tras los cometas 1I/ʻOumuamua en 2017 y 2I/Borisov en 2019.
Los astrónomos lo han clasificado como interestelar debido a la forma hiperbólica de su órbita, ya que no sigue una órbita cerrada alrededor del Sol. Al rastrear la órbita de 3I/ATLAS hacia el pasado, queda claro que el cometa proviene de fuera de nuestro sistema solar.
Las primeras observaciones fueron anunciadas por el telescopio ATLAS (Sistema de Alerta Final de Impacto Terrestre de Asteroides), financiado por la NASA y ubicado en Río Hurtado, Chile, el 1 de julio de 2025.
Como es habitual en astronomía, el cometa recibe el nombre de sus descubridores, en este caso, el equipo ATLAS. La letra «I» significa «interestelar», lo que indica que este objeto proviene de fuera de nuestro sistema solar. Finalmente recibe el «3» por ser el tercer objeto interestelar conocido.
Según la ESA su tamaño oscila entre unos cientos de metros hasta unos pocos kilómetros de diámetro. Su velocidad es aproximadamente de 210.000 km/h, la más alta jamás registrada para un visitante del Sistema Solar.
En cuanto a su edad, se calcula en miles de millones de años, indicado por su asombrosa velocidad. El punto más cercano a la Tierra alcanzado por 3I/Atlas es de 240 millones de kilómetros y su menor distancia a Marte es de 30 millones de kilómetros.
Desinformación en torno al cometa
Tanto la teoría sobre el cometa Oumamua como las vertidas ahora sobre el 3I/Atlas han sido descartadas por las agencias espaciales estadounidense y europea y por la comunidad científica (1, 2).
Desde que en julio de 2025 se conociera la llegada del cometa, el enorme interés por su llegada han venido acompañadas de gran cantidad de información falsa en las redes sociales.
En esas publicaciones los usuarios han compartido imágenes y vídeos que se han demostrado como manipulados o creados con inteligencia artificial, además de dar credibilidad a la teoría de que no es un cometa, sino una creación alienígena.
Otros usuarios han asegurado falsamente que el cometa podría colisionar con la Tierra. En realidad la NASA ha descartado que el cometa constituya una amenaza para el planeta.
Por tanto, la NASA no ha admitido que el objeto interestelar 3I/Atlas no sea un cometa y tenga un origen extraterrestre. No hay rastros de esta afirmación en su página de internet ni en sus redes sociales. Tampoco hay noticias en este sentido en ningún medio de comunicación fiable.
Fuentes:
Michael Küppers, Project Scientist de la Agencia Espacial Europea (ESA).
Página en internet y redes sociales de la NASA.
Página en internet y redes sociales de la ESA.
Publicaciones en Wired.
Publicación de la asociación profesional de astrómos The Astronomer’s Telegram.
Página en internet de Médium.
Publicación de Avi Loeb en la que defiende que podría tratarse de un creación tecnologica.
Publicaciones desinformadoras en redes sociales.
