EFE Lisboa |
Una actitud escéptica frente a los medios de comunicación en un contexto de polarización hacen a España un país «hipersensible» frente a la desinformación, lo que contrasta con la mucho mayor confianza mediática que sienten los ciudadanos de Portugal, según revela un informe elaborado por el observatorio de medios digitales y verificación Iberifier, un centro de estudios de ambos países en el que participa EFE Verifica.
El documento es el resultado de un análisis comparativo sobre el impacto de la desinformación en cuestiones políticas, económicas, sociales y de seguridad y ha sido presentado en la reunión anual de este observatorio, promovido por la Comisión Europea, que se celebra esta semana en Lisboa.
La investigación constata que el comportamiento frente a la propagación de falsedades es muy diferente en función de cada sociedad, según ha detectado este centro de estudios de medios digitales que reúne a 23 instituciones de los dos países, entre las que se encuentra EFE Verifica.
«Se comprueba que hay patrones de desinformación dependiendo de los países», destaca como conclusión más relevante del informe el coordinador de Iberifier y catedrático de Periodismo de la Universidad de Navarra, Ramón Salaverría.
Un fenómeno cambiante en función del país
«Necesitamos este tipo de estudios que permitan entender el ecosistema global, pero también las particularidades de cada país», recalca, después de que la investigación haya puesto de manifiesto «diferencias significativas en la percepción social de la desinformación» en «dos países tan próximos».
Así, los resultados señalan que «la ciudadanía española es hipersensible en comparación con otros países» frente a la desinformación, destaca, en referencia a una perspectiva «escéptica» sobre los medios de comunicación, en un panorama «polarizado», mientras que «el ecosistema mediático portugués es mucho más central».
También el analista Miguel Paisana, uno de los autores del informe, hace hincapié en esas diferencias y en el hecho de que Portugal sea uno de los países de Europa en el que los ciudadanos tienen más confianza en los medios, mientras que España se encuentra en el extremo opuesto.
Paisana, investigador del centro de estudios portugués Obercom, añade que las conclusiones apuntan a la desinformación como «fenómeno multidimensional» que tiene aspectos políticos, sociales culturales y económicos, que transcienden los medios de comunicación o las redes sociales.
De hecho, entre los objetivos principales de este trabajo, se citan las repercusiones sociopolíticas de la desinformación y las reacciones institucionales previstas para hacerles frente, así como poner en perspectiva el fenómeno emergente de la polarización en el discurso político.
Además de Obercom, en esta investigación han participado el Real Instituto Elcano, el Barcelona Supercomputing Centre, la Fundación Maldita.es y la Universidad de Granada.
La elaboración de informes estratégicos sobre la amenaza de la desinformación es uno de las líneas de trabajo de Iberifier, que también investiga las características y tendencias del ecosistema de los medios digitales.
Además, el observatorio desarrolla tecnologías computacionales para la detección temprana de falsedades, verifica y desmiente publicaciones engañosas e impulsa iniciativas de alfabetización mediática encaminadas a prevenir y mitigar la influencia de esos contenidos manipuladores en la sociedad.