¿Qué verificamos?

El premio Nobel de Física Ivar Giaever revela las falsedades del cambio climático con gráficos y estadísticas que demuestran que la temperatura del planeta no aumenta, el nivel del mar no crece y el CO2 es beneficioso.

Conclusión

Es falso. Giaever emplea datos tergiversados o fuera de contexto para negar la evidencia de que el calentamiento global es un hecho probado y el CO2 es el principal culpable del cambio climático. 

21/04/2023.- Tras la difusión de nuevas afirmaciones virales sobre este asunto, EFE Verifica recupera la verificación publicada el 30/06/2022.

EFE Madrid |

Beatriz Naya y Daniela Gastón Allen

El calentamiento global no es «una farsa», las temperaturas del planeta no son estables desde hace más de un siglo, la subida del nivel del mar no es la misma que en los últimos 300 años y los beneficios del CO2 para las plantas no son ilimitados, como aseguran mensajes difundidos en redes junto a un vídeo antiguo con declaraciones del nobel de Física Ivar Giaever que tergiversa datos estadísticos para negar el cambio climático.

EFE Verifica ha recibido una consulta en su canal de WhatsApp sobre un vídeo, compartido estos días por usuarios de Telegram, Twitter y Facebook, en el que Giaever utiliza gráficos y datos para sostener que la temperatura del planeta es «impresionantemente estable» desde 1880.

Ivar Giaever «desmiente la farsa del cambio climático producido por el hombre y el C02». Este es uno de los comentarios más repetidos por los internautas que difunden el vídeo, quienes afirman que «el calentamiento global es una estafa, el cambio climático es de origen natural, el CO2 es muy bueno para el crecimiento de las plantas y la subida del nivel del mar la misma que los últimos 300 años».

El nobel presentó sus datos tergiversados hace 7 años

Lo cierto es que el vídeo con las palabras de Giaever, que renunció en 2011 a formar parte de la Sociedad de Físicos de EEUU (APS) porque la organización consideraba incontrovertible el calentamiento global, es de hace siete años y sus conclusiones se basaban en datos tergiversados, sesgados o sacados de contexto, pero en realidad las temperaturas del planeta sí aumentan y el nivel del mar también, mientras que el CO2 proporciona beneficios limitados a las plantas y es el principal culpable del cambio climático.

El estadounidense de origen noruego Ivar Giaever, galardonado en 1973 con el Nobel de Física por sus trabajos sobre semiconductores y superconductores, ha sido incluido por su escepticismo climático en la base de datos de desinformación climática Desmog.

Y el vídeo viral que recoge los argumentos con que defiende que «el calentamiento global no es un problema» fue grabado durante una reunión de premiados con el Nobel que tuvo lugar en 2015 en la localidad alemana de Lindau, donde presentó varios gráficos tergiversados para defender una supuesta estabilidad de las temperaturas o del nivel del mar en el planeta.

Además de que interpretara en 2015 las estadísticas de manera sesgada, han transcurrido siete años desde aquella intervención, de modo que los datos y proyecciones realizados entonces no son extrapolables a la situación actual.

Los gráficos no niegan el calentamiento global

Giaever utilizó como supuesta prueba negacionista del cambio climático un gráfico de la plataforma estadounidense Remote Sensing System (RSS) -que recopila datos geofísicos por satélite- para destacar que entre 1997 a 2015 no hubo prácticamente calentamiento y las temperaturas se mantuvieron estables, pero los expertos en cambio climático explican que ese periodo, de forma aislada, no se puede extrapolar, ya que la tendencia confirmada en los últimos 40 años es un aumento de 1º C en la temperatura del planeta.

Carl Mears, científico sénior de esta misma plataforma, ha explicado a EFE Verifica sobre este gráfico que, «debido a la variabilidad de un año a otro, siempre es posible encontrar períodos en los que parece no haber señal de calentamiento». Precisamente por esta razón, añade, esa gráfica ha sido «muy utilizada por los negacionistas del cambio climático».

El paréntesis en el incremento de la temperatura que refleja el gráfico es «un ajuste lineal» que «no muestra una tendencia«, del mismo modo que, en una escalera, «cada escalón es plano, pero en su conjunto sube».

Así, el tramo temporal escogido por el físico negacionista fue un período «particularmente largo de bajo calentamiento», pero, si se extiende el análisis a una etapa más amplia, entre 1979 y 2022, «se puede observar que la troposfera inferior se está calentando» con un aumento del 0,916 grados centígrados y una tendencia a aumentar 1ºC la temperatura del planeta.

Además, el gráfico comienza antes del episodio registrado en 1997 del fenómeno de El Niño -evento climático que produce un calentamiento del Pacífico oriental ecuatorial con consecuencias negativas para la biodiversidad marina y temperaturas más secas y cálidas de lo normal en algunas regiones- y termina justo antes de que se repita ese mismo fenómeno en 2016.

Si bien la tasa de calentamiento durante el período 1997-2015 fue «bastante lenta», estas tendencias o «pausas» se deben a una variabilidad natural en el sistema climático, sostiene Mears, quien explica este caso en la Evaluación Nacional del Clima de Estados Unidos:

«Durante períodos de tiempo lo suficientemente cortos, esta variabilidad puede conducir a desaceleraciones temporales o incluso reversiones en el aumento de temperatura promedio global. Centrarse en períodos demasiado cortos puede llevar a conclusiones incorrectas sobre los cambios a más largo plazo».

Por tanto, Giaever eligió un periodo no representativo, que conducía a una estimación «artificialmente baja de la tendencia», porque tras El Niño de 1997 se produjo un «gran bache». Sin embargo, a partir de El Niño de 2016, la «mayoría de los negacionistas climáticos» dejaron de hablar del «no calentamiento», ya que las tendencias mostradas desde entonces confirman un aumento de la temperatura.

El mapa no incluye todos los termómetros

Otra de las imágenes utilizadas por el nobel negacionista es la de un mapa mundial en el que la Antártida muestra solo ocho estaciones-termómetro de la NASA, algo que considera completamente insuficiente para comprobar la temperatura de todo un continente, pero en realidad la imagen no recoge todas las estaciones de medición existentes, sino solo una parte, las denominadas «cálidas», que recogieron «300 meses de datos durante el período 1951-1980″.

En el mapa, extraído del Análisis de temperatura superficial del Instituto Goddard de Estudios Espaciales de la NASA (GISS, por sus siglas en inglés), aparecen por tanto las estaciones de medición más representativas para este estudio, que recoge así únicamente datos de 3.838 termómetros escogidos entre el total de 6.013 estaciones repartidas por el mundo que emplean la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica (NOAA), el Centro Nacional de Información Medioambiental (NCDC) y de la Red Global de Climatología Histórica (GHCN).

La subida de las temperaturas se comprueba en tierra y océanos

El nobel noruego-estadounidense acusa asimismo a la NASA de manipulación por combinar en un mismo gráfico las temperaturas tomadas en tierra y las oceánicas, que «no han estado incluidas durante 100 años», pero lo cierto es que ambas temperaturas aumentan y aunar los dos tipos de datos permite obtener una estimación más precisa de la temperatura global.

«Si miran la curva verán que la temperatura sube. ¿Cómo puede ocurrir eso si les mostré la otra curva en que aparece constante?», profiere el físico en su conferencia, tras presentar una imagen titulada «Última medición de temperatura de la NASA. Índice global de temperatura de los océanos terrestres desde 1880 al 2000».

Giaever argumenta que la NASA «manipula» los datos al fusionar las mediciones terrestres con las oceánicas para presentar una subida de las temperaturas inexistente, pero el investigador Nathan Lenssen, del Departamento de Ciencias Ambientales y de la Tierra de la Universidad de Columbia, explica a EFE Verifica que combinar ambas mediciones es importante para obtener una estimación más precisa de la temperatura global.

Fusionar los dos tipos de datos está «físicamente relacionado con los cambios en el equilibrio energético de la Tierra» y, por lo tanto, con «la cantidad de gases de efecto invernadero- como el dióxido de carbono- en la atmósfera», subraya Lenssen. Y, dado que un 70 % de la superficie de la Tierra está cubierta por océanos y se dispone de «datos fiables» sobre la temperatura de «gran parte» de ellos, es útil incluirlos para calcular el cambio de temperatura global.

De hecho, también existen datos de la NASA que miden por separado los cambios en la tierra y el océano, como el gráfico inferior, que revelan que la temperatura ha aumenta durante las últimas décadas «más rápido» en la superficie de la tierra que sobre el océano, dado que los océanos «pueden absorber mucho más calor».

Además, Lenssen señala que los científicos también rastrean el calor absorbido por el océano, ya que es un indicador «muy sólido» del aumento de la temperatura global.

El nivel del mar sí crece de manera inusual

Además, el nivel del mar sí aumenta de manera significativa, aunque lo niegue Giaever, quien, en su intervención, utilizó gráficos procedentes de webs no oficiales para subrayar que «en los últimos 300 años el mar ha crecido 20 centímetros por siglo» y, por tanto, «no hay una subida inusual en el nivel del mar».

En cambio, la investigación «Nivel del mar y volúmenes globales de hielo desde el Último Máximo Glacial hasta el Holoceno», publicada en 2014 por la revista científica Proceedings of the National Academy of Sciences, sí avisó de que el mar había crecido de manera «inusual» 20 centímetros durante los últimos cien años a partir del proceso de industrialización y advirtió de que se trataba de «un fenómeno que no tiene precedentes en milenios«.

Asimismo, el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) alertó de que, entre 2019 y 2100, el nivel del mar podría aumentar «entre 30 y 60 centímetros».

El C02 es el principal culpable del cambio climático

Por último, Giaever defiende los beneficios del CO2 para las plantas, pero oculta que los efectos de fertilización que él destaca no son ilimitados y que el dióxido de carbono es el principal causante del cambio climático, como explica un artículo científico publicado en 2016 por la revista Nature Climate Change.

El estudio, cuyas conclusiones se pueden consultar en la web de la NASA, muestra que el aumento de los niveles de CO2 ha contribuido en gran medida a enverdecer entre la cuarta parte y la mitad de las tierras del planeta con vegetación, pero advierte de que ese efecto de fertilización «disminuye con el tiempo».

Es decir, esos impactos beneficiosos en las plantas «pueden ser limitados» y, en todo caso, el CO2 es «el principal culpable del cambio climático» y alcanza concentraciones «que no se habían visto en al menos 500.000 años«, con el consiguiente efecto negativo en «el calentamiento global, el aumento del nivel del mar, el derretimiento de los glaciares y el hielo marino, así como eventos climáticos más severos».

En conclusión, el premio Nobel de Física Ivar Giaever utiliza estadísticas y gráficos tergiversados, sesgados o sacados de contexto para negar el calentamiento global, pero los datos analizados en periodos largos de tiempo demuestran que sí suben las temperaturas del planeta y crece el nivel del mar.

Fuentes:

Carl Mears, científico sénior de Remote Sensing System.

Nathan Lenssen, investigador del Departamento de Ciencias Ambientales y de la Tierra de la Universidad de Columbia.

Evaluación Nacional del Clima de Estados Unidos.

Análisis de temperatura superficial del Instituto Goddard de Estudios Espaciales de la NASA

Publicación en Proceedings of the National Academy of Sciences: «Nivel del mar y volúmenes globales de hielo desde el Último Máximo Glacial hasta el Holoceno», de Kurt Lambeck, Hélène Rouby, Anthony Purcell, Yiying Sun, y Malcolm Sambridge.

Informe Especial del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC) publicado en septiembre de 2019.

Publicación de la NASA: «La fertilización con dióxido de carbono enverdece la tierra».

Información de Ivar Giaever en el banco de datos sobre desinformación climática Desmog.

Informaciones de EFE.

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