La desinformación es una importante arma en esta guerra. Ayúdanos a desactivarla. Envíanos tus consultas a nuestro canal de WhatsApp: (+34) 648434618.

EFE Madrid |

Las grabaciones con móvil, las imágenes satelitales y todo tipo de informaciones disponibles en internet han convertido a la «Inteligencia de Fuentes Abiertas» (OSINT) en un aliado esencial para descubrir y probar crímenes de guerra en Ucrania, tal como empezó a ocurrir en Afganistán y Siria.

OSINT («Open Source INTelligence») es una sigla aún no muy conocida, más allá de círculos especializados o de Defensa, que engloba a un conjunto de técnicas y herramientas para recopilar información pública, mucha de ella a través de internet, y analizarla para convertirla en conocimiento útil con fines de investigación militar, judicial, periodística o de otro tipo.

La universalización de las redes sociales, el creciente acceso a información y la mayor facilidad para grabar imágenes ha situado la OSINT en el centro de las investigaciones sobre crímenes de guerra, tal como explica el investigador de Amnistía Internacional Scott Edwards, consultado por EFE Verifica.

Desde el inicio de la invasión rusa de Ucrania, miles de vídeos e instantáneas circulan en redes sociales, muchas de ellas con imágenes de agresiones contra civiles, y así, de un día para otro, los móviles de los civiles ucranianos se han convertido en una poderosa arma para documentar las atrocidades sufridas.

Si se consigue probar su veracidad, estas imágenes “pueden servir totalmente para demostrar crímenes de guerra y de lesa humanidad” e incluso como prueba ante distintos tribunales internacionales y la Corte Penal Internacional, subraya Edwards, que fue asesor en la Oficina del Fiscal de la CPI.

Cada vez más peso en investigaciones penales internacionales

Aunque Ucrania ha marcado un antes y un después en la retransmisión de un conflicto a través de las plataformas en internet, el Tribunal Internacional de La Haya lleva tiempo con un aumento considerable de su trabajo dedicado a pruebas digitales e incluso a fuentes abiertas.

El caso más conocido fue el del general libio Mahmoud al Werfalli, sobre quien la CPI emitió una orden de arresto por ordenar y cometer crímenes de guerra en 2016 y 2017 que se basó “en gran medida en material videográfico publicado en las redes sociales”.

Asimismo, Edward explica que Amnistía Internacional se ha servido en los últimos años de fuentes abiertas tanto para recopilar información (imágenes y vídeos captados por víctimas y testigos) como para comprobar e identificar la misma (por ejemplo, para su geolocalización) con el objetivo de investigar posibles crímenes de guerra.

Afganistán, Myanmar, Etiopía, o Siria son algunos países en los que las fuentes abiertas han impulsado este tipo de investigaciones.

Elena llora sobre el cuerpo de su esposo Yegor que encontró al entrar en el metro de Járkov, la segunda mayor ciudad de Ucrania. EFE/Esteban Biba

Verificadores de información frente a la ciberguerra en ucrania

Además de organismos judiciales y organizaciones humanitarias, también comunidades de analistas en internet se dedican a verificar la procedencia de imágenes o informaciones que circulan en redes sociales sobre la guerra en Ucrania y otros conflictos.

La génesis de este movimiento radica en Bellingcat, una web de periodismo de investigación que trabaja en la verificación de hechos con el uso de fuentes abiertas y fue fundada por el periodista Eliot Higgins, pionero en el uso de estas técnicas.

La web de Higgins, quien forma parte de la Junta de Asesoramiento Tecnológico de la CPI, ha alcanzado gran notoriedad internacional a raíz de sus investigaciones sobre el derribo del vuelo 17 de Malaysia Airlines, del que probó que fue causado por fuerzas prorrusas en la región del Donbás, o el uso de armas químicas contra civiles en la guerra de Siria.

En España, aunque los analistas OSINT no son aún una figura tan consolidada como en otros países, su relevancia no ha dejado de crecer en los últimos años, como destaca David «Aimery Parekh», cofundador de la comunidad española Brigada OSINT, en declaraciones a EFE Verifica.

Sobre el conflicto ucraniano, Parekh señala que se están viviendo dos tipos de guerra: la convencional y «una gran ciberguerra tanto en ciberataques como en desinformación”, donde los contenidos falsos se suman a las diferentes versiones o al cruce de acusaciones entre ambos bandos sobre ataques que podrían posiblemente constituir crímenes de guerra.

No quedarán impunes crímenes como ocurrió en los balcanes

Y el hecho de que la presencia de periodistas esté limitada en el frente añade una dificultad más para la verificación de los hechos, arguye Parekh, quien explica así la dificultad de comprobar una vorágine de afirmaciones e imágenes: «Tienes que ver hasta el último detalle, ver desde diferentes enfoques”.

Este analista trabajó con fuentes abiertas en el caso del ataque a un hospital de maternidad en la ciudad de Mariúpol, sobre el que EFE Verifica demostró que no era un montaje ucraniano, frente a la versión del Kremlin, y Parekh pudo determinar cómo el ataque había sido perpetrado por fuerzas rusas.

Gracias a este tipo de técnicas, la universalización de los teléfonos móviles y la rápida difusión que permiten las redes sociales es más difícil que nunca que un crimen de guerra puedan ser enterrado o sus autores queden impunes.

Scott Edwards recuerda cómo muchos de los crímenes ocurridos en las guerras yugoslavas se perdieron en la historia «y no fueron documentados por nadie”, sin que fuera posible hacer “justicia para las víctimas”.

Una mujer bosnia musulmana reza durante la ceremonia por 25º Aniversario del genocidio de Srebrenica. efe/fehim demir

Ahora las fuentes abiertas permiten no solo probar un delito grave, sino también “los detalles de quién, qué, dónde y cuándo”, señala Edwards, y concluye: “Por muy pequeño que sea el número de víctimas en algún acto delictivo es más difícil que nunca escapar a la detección”.

FUENTES:

Scott Edwards, investigador de la ONG Amnistía Internacional.

David «Aimery Parekh», cofundador de la comunidad española Brigada OSINT.

Caso de Mahmoud Mustafa Busayf al Werfalli.

Bellingcat.