EFE Madrid I
El 6 de enero, el Congreso estadounidense se disponía a ratificar la victoria electoral de Joe Biden cuando una multitud invadió el Capitolio. Algunos de los asaltantes iban armados, todos rechazaban la validez del incontrovertible resultado de los comicios. 2021 comenzaba con una insurrección negacionista.
El negacionismo ha vivido este año una eclosión que ha incrementado su presencia en nuestras pantallas con mensajes que dicen que el SARS-CoV-2 no existe y las vacunas no son seguras, aunque su hito más destacable fue el ataque a la sede del poder legislativo estadounidense por una multitud incapaz de aceptar la victoria del candidato demócrata.
Hasta hace unos años el negacionismo era un fenómeno conocido por rechazar realidades como el Holocausto, el sida, el cambio climático, así como por la actividad de los creacionistas, que niegan la evolución de las especies, y los terraplanistas, que no admiten la forma esférica del planeta.
Sin embargo, en los últimos años el uso masivo de las redes sociales y el oportunismo político han multiplicado las afirmaciones sin fundamento que cuestionan de forma sistemática hechos probados.
A ello se ha sumado la pandemia, que ha propiciado un clima de miedo e incertidumbre, especialmente fértil para la propagación de las tesis negacionistas, como subrayan investigaciones académicas y psicólogos.
Todo es mentira, incluso la nieve
Ahora se duda de todo, hasta de que sea real la nieve caída en el centro de España durante la borrasca Filomena, como se afirmaba en varios vídeos viralizados en enero, de los que se llegó a hacer eco la prensa italiana.
El negacionismo sobre la covid-19, que ya se había manifestado en 2020, ha evolucionado al mismo ritmo en el que lo hacía la pandemia.
A principios de año todavía se cuestionaba la existencia del SARS-CoV-2, posteriormente se incrementó el número de mensajes engañosos sobre la seguridad y eficacia de las vacunas negando las evidencias respaldadas por el consenso científico y en los últimos meses se han propagado falsedades sobre la vacunación infantil y la variante ómicron.
las 5 tácticas del negacionismo
Las definiciones de negacionismo coinciden en que se trata de una actitud que consiste en negar realidades y hechos relevantes.
El sociólogo francés Didier Fassin añade otro matiz al considerar que se trata de «una posición ideológica por la que se reacciona sistemáticamente rechazando la realidad y la verdad».
Es el caso del asalto al Capitolio, llevado a cabo por seguidores del presidente saliente, Donald Trump, que negaban la legitimidad del triunfo electoral de Biden.
Según un esquema propuesto por el científico y divulgador Mark Hoofnagle y citado por otros autores, los negacionistas suelen utilizar cinco tácticas:
1.- Teorías de la conspiración:
Descartan los datos y las evidencias fácticas y señalan que sus oponentes forman parte de una conspiración para ocultar la verdad.
2.- Selección interesada («cherry picking»):
Basan sus argumentos en investigaciones académicas deficientes, desacreditadas o desfasadas.
3.- Expertos falsos:
Se recurre a falsos expertos para apoyar las tesis y se margina a investigadores auténticos.
4.- Mover los postes de la portería:
Consiste en rechazar una evidencia presentada como respuesta a una afirmación específica y pedir constantemente otras pruebas con exigencias que pueden ser imposibles.
5.- El uso de falacias lógicas:
Utilizan argumentos elocuentes que parecen válidos a simple vista pero que en realidad emplean conexiones falsas entre los planteamientos iniciales y las conclusiones.
DIFUSIÓN EN INTERNET Y A PIE DE CALLE
Los negacionistas han difundido sus mentiras por una amplia variedad de canales. Además de utilizar las redes sociales y los medios de comunicación tradicionales, han llegado a propagar falsedades sobre la pandemia y las vacunas a pie de calle, por medio del reparto de panfletos o carteles pegados al mobiliario urbano.
Pero también ha habido ejemplos más sofisticados, como «The Big Reset», un documental de buena factura técnica y plagado de engaños y teorías de la conspiración, que fue publicado en diferentes plataformas de vídeo y compartido en redes.
En él toman la palabra algunas voces destacadas de la plataforma negacionista Médicos por la Verdad, organización que, junto con Biólogos por la Verdad, es una encarnación palpable del uso de las técnicas de falsos expertos, selección interesada de investigaciones desprestigiadas y falacias lógicas expuestas en el esquema de Hoofnagle.
Además, en 2021 el negacionismo ha seguido teniendo a rostros famosos de portavoces, como es el caso de Miguel Bosé y Victoria Abril.
negacionismo al cuadrado
En el caso particular del ataque al Congreso de Estados Unidos, Trump había realizado antes, durante y después de los comicios acusaciones infundadas de fraude electoral y aún a día de hoy niega sin pruebas la legitimidad de la designación de Biden como presidente.
Esas imputaciones falsas fueron amplificadas por la caja de resonancia de las redes sociales, donde se hacía patente la transformación de grupos negacionistas en colectivos cada vez más violentos hasta el punto de transformarse en milicias que llamaban a mantener una conflicto armado.
Precisamente, milicias de extrema derecha como Oath Keepers y Proud Boys tuvieron un especial protagonismo en el ataque, en el que murieron cinco personas.
El negacionismo no solo estuvo en el germen del asalto al Capitolio, sino que posteriormente, pese a que el ataque fue transmitido en directo por televisiones y redes sociales en todo el mundo, ha tratado de minimizar su importancia y mentir sobre sus causas, con acusaciones al movimiento antifascista.
Esa reacción sistemática de rechazo a la realidad, por utilizar la terminología de Fassin, ha sido calificada por el verificador PolitiFact, ganador del Premio Pulitzer en 2009, como «La Mentira del Año».
sensación de control y superioridad
Las razones por las que el negacionismo encuentra un público que cree y difunde sus teorías son variadas y han sido explicadas por sociólogos y psicólogos.
Los sesgos cognitivos nos predisponen a creer en las teorías que refuerzan nuestras ideas previas y, por otra parte, nos impiden pensar con claridad en situaciones de ansiedad y miedo.
Frente a esa incertidumbre, las teorías de la conspiración, uno de los instrumentos del negacionismo, resultan atractivas porque dan sensación de «control», como explica la Comisión Europea en una guía para identificar este tipo de desinformación.
Es decir, ofrecen explicaciones aparentemente lógicas para situaciones difíciles de entender o asimilar.
«Sabemos que hay un vínculo entre el estrés y la credibilidad de las teorías de la conspiración, por lo que en momentos históricos o personales donde se siente más ansiedad o angustia se tiende a ser más proclive a creer esta ‘información'», explica el psicólogo Sergio García en un artículo para EFE Salud.
También tendemos a ser persuadidos por los argumentos que esgrime la mayoría de la gente de la que nos rodeamos o del grupo al que pertenecemos, como han demostrado varias investigaciones desde los años 50.
Pero, además, quienes las defienden pueden tener la sensación de creerse mejores que los demás.
Así lo explica García en su artículo: «Moralmente, nos sentimos superiores puesto que hemos sido los elegidos para conocer ‘la verdad'».
fuentes:
Artículo «Los sesgos que engañan al cerebro durante la pandemia», del diario El País.
Entrada «¿Qué es el negacionismo?», de Mark Hoofnagle, en el blog Denialism.com.
Artículo académico «Negacionismo: ¿qué es y cómo deberían responder los científicos?», de
Ensayo «When Bodies Remember: Experiences and Politics of AIDS in South Africa», de Didier Fassin, página 115.
Artículos «Facebook intentó poner límites a QAnon. No lo consiguió» y «Los disturbios del Capitolio desde dentro: una investigación de los vídeos en exclusiva», de The New York Times.
«La Mentira del Año 2021: mentiras sobre el ataque al Capitolio el 6 de enero y su importancia», de PolitiFact.
Investigación académica «Una teoria de los procesos de comparacion social», de Leon Festinger.
Guía sobre «Cómo identificar las teorías de la conspiración», de la Comisión Europea.
«¿Por qué nos gustan las teorías de la conspiración? El virus de la información tóxica», artículo del psicólogo Sergio García para EFE Salud.
Informaciones de EFE.